Nunca había estado alejado de ti por tanto tiempo. Si para
mí se hizo larguísimo, sé que para ti lo fue más porque a tu edad los días
simplemente son más largos. No se me olvidará jamás la manera en que me
abrazaste cuando llegué a casa, entendí entonces de verdad que sí eres capaz de
extrañar, de sentir una falta, y eso me puso un poco triste. Al aeropuerto
fuiste a buscarme vestida de la doctora juguetes, con inyección y estetoscopio,
aparentemente yo estaba muy necesitado de una vacuna luego de mi viaje. Al
llegar a casa solo querías estar conmigo y me ayudabas a desempacar mis
maletas, las cuales venían llenas de chécheres con los cuales querías jugar y
ropa que te querías probar. Vaya felicidad sentiste cuando encontraste los
radios nuevamente entre mis cosas, ya me hiciste prometer que pronto jugaríamos
con ellos otra vez.
Mamá me contó que esta semana te portaste muy bien y que
fuiste una muy buena compañera para ella, ayudándola con tu hermanito y
guardándole compañía siempre. Como esta semana eran las fiestas patrias en
Panamá, te vestiste de pollera montuna para conmemorar nuestra independencia y
mamá me envió la foto que aquí te muestro para que la tuviera conmigo en el
viaje.
Hoy estuve contigo toda la tarde. No hicimos nada… yo solo
quería estar contigo, pegadito a ti, y disfrutar tu compañía, la que me hizo
falta toda la semana pasada. Así que hoy solo nos acostamos en cama acurrucados
y pusimos una nueva película que te encanta, Los Descendientes, que trata sobre
los hijos de los príncipes, princesas y villanos de Disney. Cuando empezaste a
ver movimiento de que me alistaba para el trabajo, me miraste con tus enormes
ojos y con cara triste me pediste que me
quedara, pero hoy, no me fue tan difícil irme de casa sabiendo que esta misma
noche regreso a ti. Te amo hija. Gracias por hoy.