Tuesday, November 8, 2016

Oct. 26, 2016

El lunes regresaste de tu viaje a Puerto Rico y, como era de esperarse, llegaste muy triste ya que te hacían falta tus abuelos. Con ellos pasaste 4 días, inseparables! Desde la mañana a la noche aprovecharon para hacer cosas juntos mientras mamá iba a un seminario de trabajo. En 4 días no supe absolutamente nada de ti, excepto el medio segundo en que vi tu espalda mientras te alejabas corriendo del teléfono en el que hablaba yo con mamá por FaceTime.
Como has estado triste estos días desde tu regreso, te hemos corrido algunos gustos particulares que has tenido como pedirme que durmiera en tu cama contigo, pedirle a mama que te dejara quedarte en la escuela con ella después de tu salida (ella se va horas después de tu hora de salida). También ir a comer paletas en pijamas y a ihop. Así que hoy, luego de una fiesta de halloween a la que fuimos con tus primos y tu hermano, fuimos a comer pancakes y waffles.
Lorenzo y tú no paraban de hacer escándalo en el restaurante. Entre las risas de los dos, tú hablándole como si fueras su mamá leyéndole el menú de ihop y él gritando incesantemente "papá, papáaaaa, papaaa," yo pensaba: "si están así antes de comerse esos pancakes con sirope, qué pasará después." Te amo hija. Gracias por hoy.




Thursday, October 20, 2016

Oct. 19, 2016

Mientras escribo esto, tu avión parte hacia San Juan para unas cortas vacaciones. Resulta que mamá tiene un seminario en Puerto Rico, y Abi y Abu le pidieron que te llevara para pasar unos días con ellos. Antes de salir de casa hacia el aeropuerto mamá te informó que ella no iba a llevar el iPad, pero que si tú querías traerlo en el viaje, tú tendrías que cargarlo en tu mochila (tragedia). Entre tus protestas, mamá metió el iPad dentro de tu mochila y yo te la puse, ajustándote bien las correas para que fuera lo más cómoda posible. Al final, las ganas de llevar el iPad fueron más fuertes que tu malestar por el peso de la mochila y nos fuimos. Ya en el aeropuerto, habías aceptado tu carga (o quizá te habías resignado) y caminabas sin queja con tu mochila pesada. Aún no sé si terminaste quejándote luego con mamá, o si llegaste a usar el aparato del todo durante el viaje. Lo que sí sé es que estabas decidida a llevártelo.
Este fin de semana fuimos a la playa y me sorprendió verte con tanta seguridad en el mar, aún cuando habían olas. Practicamos juntos como salir del mar a la playa cuando hay oleaje, como pasar por debajo de las olas y, aunque el plan original era practicar tu surf, las condiciones no eran buenas para enseñarte. Luego llegó tu amiga Marifer y prácticamente pasaron todo el resto del día en la piscina. Te encanta estar en el agua, algo que compartes con tu papá y tú hermanito (aunque Lorenzo lo disfruta el doble que tu).
Hoy en el aeropuerto, trataba de abrazarte, llevarte de la mano, en fin, quería estar lo más cerca de ti posible hasta que te fueras porque, como te dije, te voy a extrañar. Tú, haciéndote la importante viajera, me echabas para un lado. Así que conformándome con un minúsculo besito de despedida, emprendí mi salida cuando de repente escucho "PAPAAAAA, esperaaa!" Te habías dado vuelta mientras mamá hacía los trámites migratorios y corriste a la salida para darme un fuerte abrazo y decirme al oído "te voy a extrañar mucho papá. Te amo." Te amo hija. Gracias por hoy.




Oct. 12, 2016

La última vez que fuimos a caminar en el bosque, me dijiste que querías subir la "montaña" (el cerrito en medio del parque metropolitano) de la cual yo te había hablado, desde donde se puede ver toda la cuidad. Decidimos ir el sábado en la mañana solos tú y yo a explorar hasta la cima. En los días antes me preguntaste varias veces si yo creía que tú podías hacerlo, y que pasaría si te cansas. También querías saber que animales nos podíamos encontrar. Siempre te tranquilizaba saber que yo te podía cargar si te cansabas mucho (deseando yo intensamente que eso no llegará a suceder).

Llegado el día, fuimos al parque y cayó una fuerte lluvia. Como ya habíamos empacado chaquetas para la lluvia, decidí que nos bajaríamos a intentar caminar un rato. Tú no estabas muy segura y buscabas excusas para no bajarte pero no hiciste más que salir del carro con tu poncho puesto y descubriste que andar bajo la lluvia no era tan malo como pensabas. A decir verdad, terminó gustándote tanto que al final no querías que nos fuéramos. Te dije que no importaba que te mojaras los pies y los zapatos que después podríamos secarlo todo y tu aprehensión se convirtió en completa entrega a nuestro entorno. Ya era divertido lanzarte en cuanto charco encontrábamos y hasta trataste de guindarte de unas lianas en el camino para mecerte como tarzán. Desafortunadamente comenzó a llover mucho más fuerte y decidimos darnos vuelta a mitad del camino, teniendo que dejar la cumbre para otro día. Mientras descendíamos el cerro me dijiste: "Papá, estoy feliz. Este es el mejor día de mi vida." 

Quizás, hija, fue uno de los mejores de mi vida también. Estoy orgulloso de tí; en una situación en la que no estabas completamente cómoda al principio, pudiste encontrar la oportunidad de, no sólo divertirte, sino usar lo que al principio te parecía un obstáculo (la lluvia), como diversión. Como hombre, hay cosas en las que siempre tendré dudas sobre criar a una hija. Sé cómo ser varón, pero, cómo tomar en consideración la complejidad femenina sin saber de primera mano lo que se siente ser como tú? Cómo se siente ser una niña hoy día, o lo que significa "ser niña." Gracias a dios que tenemos a tu madre.

En fin, no sé todo sobre las mujeres, pero sí sé algunas cosas que quiero para ti: Quiero que sigas corriendo como niña, jugando como niña, actuando como niña. Pero como la niña que TÚ quieras ser! Orgullosa siempre de ser niña, bajo tus propias reglas, sin miedos heredados ni ideas preconcebidas de lo que significa ser una niña. Cáete, ensúciate, se tenaz, sal despeinada, juega con starwars... O con muñecas si es lo que te gusta. Lo que realmente deseo es que no tengas miedo de intentar cosas diferentes. Quiero criarte en un ambiente en el que todo se puede, en el que ser niña signifique para tí lo que te haga feliz, no un manual de instrucciones preestablecido. Quiero tener la sabiduría de poder ayudar a abrir ese camino para ti. Te amo hija. Gracias por hoy.



Oct. 5, 2016

Un miércoles como hoy, hace 3 años comencé a plasmar en papel algunas cosas sobre ti que deseaba siempre recordar y que, siendo tan pasajeras, a veces quedan en el olvido fácilmente con el día a día. Leyendo hacia atrás, me encanta poder tener un pequeño mapa de tí, de la formación de tu idiosincracia personal y la geografía de nuestra propia relación de padre e hija. Probablemente no le quede mucho tiempo más a este diario semanal de tu vida. Llegará un momento en el que tú y tus amiguitos tendrán la habilidad de meterse en su Facebook y leer por su cuenta y para entonces, no te preocupes, que ya te habré evitado el bochorno dejando de escribir sobre ti en público. Así que por lo que pueda quedar de tiempo, seguiré disfrutando el poder guardar este pedacito de ti.

Hoy después del ballet fuimos a cenar al restaurante de siempre y al sentarnos ya ni te dieron el menú, solo te preguntaron si querías lo mismo de siempre: Mini Hamburguesa con papas, pepinillo y soda rosada (no tienen soda de fresa así que la mesera le pone sirope de granadina a tu sprite para que se vea rosada). En verdad yo creo que la mini hamburguesa está ya muy mini para ti. Te comiste toda tu comida en lo que me pareció segundos y hasta me robaste el pepinillo del plato. Cuando pedí la cuenta me dijiste que no querías irte todavía del restaurante, que querías quedarte ahí hasta la media noche. Al preguntar por qué habrías de querer eso, respondiste: "es que cuando tú y mamá salen en las noches, se quedan afuera hasta la media noche. Entonces yo también me quiero quedar contigo afuera hasta la media noche papá." Te amo hija. Gracias por hoy.



Sep. 28, 2016

6 años. Me parece increíble (a riesgo de sonar como el padre cliché) que ya hayan pasado 6 años. De repente un día ya lees, escribes, bailas ballet, me das consejos... hablas de niños. En fin, ya cumpliste 6 años y ahora según tu no eres una bebé, sino una niña grande que va para primer grado.
Pocas semanas antes de tu cumpleaños de la nada nos comenzaste a decir que lo que más querías de regalo de cumpleaños era una muñeca parecida a la Baby Alive (la que vomita). Una muñeca que come, habla y "va al baño." Viene hasta con su propio servicio sanitario. Tu padrino, al enterarse de que eso era lo que tú querías, dijo enseguida que él sería quien te diera ese regalo. Así que "Ino" fue el héroe de tu cumpleaños por traer a la muñeca que va al baño, a nuestro hogar.
Este año celebraste con tus amigas más cercanas y, obviamente, tu primo Santi en un lugar que se llama divercity, pero además, te cantamos cumpleaños en casa con la familia y en la escuela te llevamos cinnabon (a petición tuya. Es lo que querías.) para cantar con tu compañeros de clase. Algunas de tus bellas compañeras hasta te habían hecho tarjetas de cumpleaños! Como ves, tu festival de cumpleaños duró tres días, tres días hermosos celebrándote a ti y todo lo que nos das. Te amo hija. Gracias por hoy.






Tuesday, September 27, 2016

Sep. 21, 2016

Ya me llamas tu sola por teléfono casi todos los días. Generalmente esperas a la tarde, a la hora en que tú piensas que ya debería haber llegado del trabajo, para llamar y preguntarme por donde voy. “Hola papi, ya estas cerca?” Depende de mi respuesta a tu pregunta inicial, entonces vienen nuevas preguntas, sobretodo te interesa saber si hay tranque. En caso de que haya tranque entonces me preguntas si los carros se están moviendo o están completamente parados. Es increíble lo tanto que te molesta cuando hay mucho tráfico, y siempre haces saber tu desagrado al respecto, especialmente si estás en el carro siendo víctima del tranque. Algunas veces me cuentas cosas sobre tu día, o intentas que tu hermano me diga un par de cosas por teléfono, pero generalmente tu interés primordial es saber cuándo es que llego a casa. Como ésta semana he llegado tarde a casa del trabajo y no he logrado verte antes de dormir, me dejaste en mi mesa de noche una carta de amor con un dibujo de tú y yo para que supiera que estabas pensando en mí.

Esta tarde en ballet me dijiste al llegar al estudio, que tenía prohibido mirarte por la ventana porque no podía ver el baile de fin de año. Me hiciste prometer que no te espiaría por el vidrio (ya que sabes que siempre te estoy viendo por ahí) así que me quedé sentado en la sala hasta que saliste. Por supuesto que me preguntaste apenas nos montamos al carro, si te había ido a ver bailar. La verdad no sé hasta cuando puedo cumplir con esa promesa de no verte en la clase ya que tu baile es en 3 meses y a mí
Me encanta verte bailar.
 
Después de tu clase fuimos a cenar tu y yo y a comer un helado. Pasamos caminando frente a una tienda de trajes de novia y dijiste "yo quisiera que mamá se casara denuevo." Yo te pregunté: "como así mi amor? Tú por qué no quieres que mamá esté casada conmigo?" Me Miraste con cara de sorprendida y exclamaste: "cómo se te ocurre papá! Eso no es lo que quise decir. Quiero que se vuelvan a casar los dos para yo poder ir a la boda también y ver a mamá con un traje así." Te amo hija. Gracias por hoy.


 
 
 

Sep. 14, 2016

Regresé a Panamá y te di la sorpresa estando en casa antes que llegaras tú del colegio. No querías separarte ni un segundo de mí, hasta para ir al baño tuve dificultad; pero tengo que confesarte que amé la atención desmedida que me diste, fue justo lo que necesitaba al regresar a casa después de un largo viaje. Todos los días durante mi ausencia, tachabas en un calendario el cuadro del día anterior hasta el día antes que llegué. Al preguntarte por qué no tachabas el último día, me dijiste que era para que no me fuera otra vez.

Ya estás aprendiendo a escribir y sobre todo, a leer! Quedé tan sorprendido de escucharte leer, y tan orgulloso. Ahora sientes la curiosidad de leer de todo: letreros, avisos, menús, stickers, libros... En fin, lo que tenga letras te llama la atención e intentas descifrarlo. Hoy, después de un cumpleaños al que fuimos, paramos a comer un gelato los dos. Mientras tratabas de leer los nombres de los helados, te convenciste de que "frutos del bosque" estaba mal escrito y que teníamos que decirle a la Señora que lo cambiara. "Hay que decirle que es frutAs, no frutos." Te amo hija. Gracias por hoy.


Friday, September 23, 2016

Sep. 7, 2016


Hoy estoy lejos de ti y extrañándote como no tienes idea. Sé que has intentado comunicarte conmigo desde el iPad de mama porque he recibido muchos garabatos en mis mensajes de texto.

Antes de irme te deje un regalito con una nota para cada día que no estuve contigo, así esperaba que sintieras que no estaba tan lejos de ti. Como no podía comunicarme contigo en varios días, ayer que me conecte al internet me dio mucha alegría ver que mama me había enviado fotos tuyas con los regalitos. Me dijo que te habías puesto muy feliz y que te emocionaba llegar a casa y buscar en donde estaba el regalo del día (mamá los dejaba en distintos lugares todos los días). Ya pronto regreso y estoy contando los minutos para verlos a ti, a tu mamá y tu hermano. Te amo hija. Gracias por hoy.



Ago. 31, 2016


Hoy me voy de Viaje por varios días así que fui a buscarte a la escuela para pasar más tiempo contigo antes de irme. Decidimos ir a ihop a almorzar unos pancakes (aunque siempre me pides pancakes y terminas comiendo waffles!) y te pareció una gran idea. Yo pedí un café y tú un chocolate caliente para tener una taza igual a la mía.

Mientras esperábamos la comida me mostraste tu nueva "mascota," una roca que habías pintado en clase con la Teacher y que nos acompañó en la mesa durante nuestro almuerzo. Inevitablemente llegaron las preguntas: "por qué te vas," "adónde vas," "se va a pasar rápido el tiempo?" Te mostré fotos del lugar donde voy para que en tu mente pudieras tener una idea y te recordé que en casa hay un calendario con mi itinerario para que puedas ir viendo exactamente cuándo es que llego.

Antes de irme me dijiste que tenías un consejo para mí. "Sabes papá, lo que tienes que hacer si te caes y te raspas en la montaña?" Negué con la cabeza. "Si te sale sangre, primero te tienes que calmar y después tienes que ponerte algo en la herida para que no salga más sangre. Tienes que ir bien despacito después para que no te duela, ok papá?" Te di un fuerte abrazo de esos que hacen que quieras salir huyendo pero antes de salir corriendo me preguntaste si podías ver la tele el resto de la tarde. Te dije que si mi amor. "Toda la tele que quieras." Te amo hija. Gracias por hoy.



 

Ago. 24, 2016

Cuando eras una bebé, y como hasta un poco después del año, yo hacía algo un poco particular al bajarme y montarme del carro cuando tú estabas conmigo. Ocurre que un día me bajé del carro al llegar los dos a starbucks y en lo que me tomó dar la vuelta hasta el otro lado del carro para bajarte del car seat, lloraste desconsoladamente hasta que me viste asomarme al abrir la puerta de tu lado. Luego de que pasó una segunda vez, se me ocurrió que siempre y cuando supieras que no me había ido lejos, no te daría miedo. Así que un día en que salimos los dos decidí probar la teoría. Apenas bajé del carro le di suaves golpes a la ventana y el techo con los dedos para llamar tu atención y así me fui hasta darle la vuelta entera al carro mientras me seguías con la mirada. Funcionó. Desde ese entonces lo hice hasta que ya estabas lo suficientemente grande para no asustarte. Hoy, de la nada, casi 4 años después, me dijiste cuando nos estacionamos en tu estudio de ballet: "te acuerdas cuando tú hacías ruido con el techo y las ventanas cuando dabas la vuelta al carro? Quiero que lo hagas hoy." Jamás pensé que podrías acodarte de esas cosas, siendo tan pequeña en ese entonces.

Después de ballet nos fuimos en date a comer una hamburguesa con helado a un restaurante que nos gusta cerca de casa. Ponen música Rock todo el tiempo y tú estabas en ánimos de bailar rock and roll porque no parabas de moverte ni en tu silla. Si te apartaba los ojos un momento, bailabas en el pasillo o te trepabas en la silla muerta de risa con los pasos que inventabas. No había mucha gente en el restaurante afortunadamente. Te amo hija. Gracias por hoy.


Ago. 17, 2016

Hoy tuvimos tu última cita con el cirujano plástico para ver la recuperación de tu cicatriz. Estuviste preocupada todo el camino de la casa al doctor, pensando en que te iban a hacer algo que no te gustaba, pese a que te había asegurado que sólo iban a mirarte la frente. Ya en la consulta, el doctor hizo ademán de buscar algún instrumento en las gavetas detrás de ti y tu cara de pánico pronto se transformó en una súplica con lágrimas de que por favor no te hicieran nada. Al final, como te había dicho, no te hicieron más nada en la visita que observar cómo evolucionaba tu cicatriz. Para celebrar la mejoría nos fuimos a comer helado antes de tu clase de Ballet. El helado que pediste era tan grande que teníamos cero chance de que te lo acabaras antes de que comenzara tu clase, y además, te gustó tanto el helado que yo pedí, que comías de los dos.

Este fin de semana estuvimos en El Valle y aprovechamos que el tío Erick visitaba Panamá con toda la familia para reunirnos un grupo de amigos con los hijos. Durante esos días tuviste una verdadera banda de amigas ya que mis 4 amigos tenían todos hijas mujeres. Qué bonito es ser amigo de alguien desde la infancia y luego ver nuestros hijos jugar juntos. Otra cosa que destacar sobre tu fin de semana es que le perdiste el medio a montar a caballo (al menos por ahora). Al parecer solo faltaba que mamá y yo no estuviéramos presentes y ver a tus amigas haciéndolo también, para convencerte de tratar. Ya después me dijeron que ni te querías bajar del caballo al final.

Mientras corrías en el patio como loca con tus amigas y jugaban a yo no sé qué, de pronto soltaste a todo volumen un escandaloso improperio: "Ayala &@%£¥" y por unos segundos hubo un silencio total, el cual solo fue cortado por el grito de tu madre diciéndome a toda voz: "eso fue culpa tuya." Y después, haciendo la salvedad a todos los presentes: "eso se lo enseño él." Te amo hija. Gracias por hoy.



Ago. 10, 2016


Las preguntas más difíciles siempre son en las noches. Y mientras más creces, más haces, y más difícil se hace contestártelas. Sigues curiosa y preocupada por la muerte. Anoche mientras estaba en la cocina, te escuché hablando con Mamá sobre Cari, una perrita que tuvo ella cuando era niña. Mamá te contó que había muerto hace muchos años, y tu preguntabas si ella la había visto morir, que adonde había muerto y el por qué. Tu mamá, en un tono dulce te contestó lo que le preguntabas de la mejor forma que pudo. Ella es mejor que yo para estas cosas.

A mí me tocó, la otra noche, tener una conversación muy similar contigo. En tu cuarto tienes una mariposa dentro de un marco de vidrio y tú estabas convencida de que la mariposa no podía ir al cielo nunca porque aún estaba aquí, encerrada dentro del marco. Me dijiste que Cuqui (el perro de tu abuela) se había muerto y ya no estaba porque se había ido al cielo. Traté de explicarte cómo el cuerpo se queda pero el alma se va al cielo a lo que tú sólo respondiste: “Papá, yo no quiero hacerme vieja y morir.” Te expliqué que todo el mundo se muere pero que falta mucho, mucho todavía para que nos tocara a nosotros. “Y por qué hay gente que revive papá?” Como así Valentina? “es que en la escuela me dijeron que a dios lo mataron pero que después revivió, por qué.” Llegué hasta responderte que no había sido dios sino Jesús, cuando me miraste con una cara de frustración y me dijiste “no entiendo nada de eso de dios y Jesús Papá, mejor leamos un cuento.”

El mes pasado te invité a comernos unos churros y tomar un chocolate caliente solitos tú y yo en date. Me dijiste que no y te fuiste de vuelta a hacer lo que sea que estabas haciendo. Hoy llegaste adonde mí y de la nada me dices: “sabes la vez pasada que me invitaste a tomar un chocolate y yo no fui? No es que no quería ir contigo papá, pero tenía muchas cosas que hacer y no tenía tiempo. Pero yo quiero que me lleves a tomar ese chocolate pronto, ok?” Te amo hija. Gracias por hoy.


Tuesday, August 9, 2016

Ago. 3, 2016

Sin duda la partida de tus abuelos fue algo difícil para ti. Nos dices cosas como: “no entiendo por qué no pueden vivir todos aquí,” o preguntas cuándo se volverán a ver, pero por más tiempo. Estas acostumbrada a estar con ellos de vacaciones por un mes, así que una semana ahora se te hizo demasiado corto. Hemos procurado consentirte estos últimos días para que no te afectara tanto su falta. Y gracias a tu primo Santi y tus tíos, el día más difícil (justo después de irse tus abuelos) fue mucho más manejable para ti porque te invitaron a pasar con ellos el fin de semana. La verdad es que fueron unas muy buenas vacaciones tanto para tus abuelos como para nosotros.

Hoy, Antes de irnos del súper mercado, me recordaste que no te había llevado al baño cuando me lo pediste hacía ya un tiempo en la clase de ballet. Ambos baños estaban ocupados así que nos fuimos de la clase a hacer las compras. Para cuando me lo volviste a avisar, ya era caso de emergencia y en el apuro (ya habíamos pagado, con paquetes en mano), corrimos por un pasillo equivocado teniendo que dar toda la vuelta a la tienda en busca del servicio. Una vez en el baño de hombres, me invadía una leve desesperación al notar que el único servicio estaba obviamente ocupado por “un señor haciendo caca” como tan acertadamente notaste. Solo quedaba el urinal. Protestaste. “Papá: yo no voy a orinar ahí!” me dijiste con total convicción. Pero en ese preciso momento, una rotunda y afable señora, a medio subirse los pantalones, abrió la puerta del baño de damas para invitarnos a entrar “pa que la niña vaya al baño.” Y así fue que finalmente logramos que hicieras pipi, mientras participábamos de la conversación entre la señora aquella, que aún no terminaba de ajustarse el pantalón, y alguna otra señorita quien permanecía dentro del cubículo contiguo, aparentemente teniendo problemas al bajar la cadena. Esta es una de esas perspectivas únicas que te provee el ser padre de una niña. Te amo hija. Gracias por hoy.



Jul. 27, 2016

Han sido unos días muy felices para ti. Ya en la recta final de tus vacaciones escolares, recibimos a tus abuelos que nos visitan desde Puerto Rico y aprovechamos para llevarlos a conocer Chiriquí, las tierras altas de Panamá y la provincia que dio inicio a nuestro legado de familia. Siempre te ha gustado Chiriquí, sobre todo el pueblo de Boquete, pero creo que esta vez más que nunca ya que pudiste compartir la experiencia con tus cuatro abuelitos y ya hasta te proclamas a ti misma como "Chiricana." Y por si fuera poco, cuando fuimos a visitar bambito, te encontraste con tu inseparable comadre Marifer con quien jugaste un rato mientras admirábamos el paisaje y disfrutábamos de la compañía.
Me encanta verte feliz en la naturaleza, y este lugar encierra una magia especial entre sus bosques nubosos, el mar de verde esmeralda que cubre las montañas y la temperatura perfecta que actúa como bálsamo para el alma. Verte en este entorno me trae de vuelta a mi niñez y me llena de alegría poder compartir estas experiencias contigo. Esta mañana fuimos con tu mamá, Lorenzo y tus abuelos a caminar por los cafetales. Te sentías tan experta, tan en casa caminando por el bosque, siempre con tus botas de hule puestas (desde el minuto que llegamos a Chiriquí, pides ponerte tus botas de hule que mamá te compró ya hace unos años aquí mismo en boquete).

En el hotel en donde nos estamos quedando, estamos un poco lejos del área de la recepción, piscina y restaurante y tú llamabas a "Luis" en el front desk para pedir que te prendieran el jacuzzi que ya ibas a ir a bañarte. Te amo hija. Gracias por hoy.



Jul. 20, 2016

Hemos pasado los últimos días en la playa, Aprovechando la visita de tu tití Frances y tu prima Emma. Me habías dicho que querías surfiar La próxima vez que fuéramos al mar y, siguiendo un consejo de tu madre, te metí primero en la piscina con la tabla para que fueras aprendiendo las técnicas de cómo remar y pararte, además de darte un poco más de confianza en tus habilidades para cuando fuéramos a las olas.

 Todavía te da miedo, pero esta vez me pediste más, y seguimos agarrando la espuma de las olas acostados los dos en la tabla hasta que quisiste salir a jugar otra vez en la arena. Tu hermano, en cambio, parece no tenerle miedo del todo al mar, mientras que tú desde pequeña siempre le has tenido aprehensión, sobre todo cuando hay oleaje. Es bonito poder ver cómo paso a paso y poco a poco vas venciendo un miedo y sintiéndote más segura de ti misma.


Mi corta vacación se acaba hoy, pero la tuya apenas empieza. Son tus vacaciones de mitad de año y después de la visita de tití, esperamos la llegada de tus abuelos, con quienes hablas en este momento por skype para enseñarles una raspada que te hiciste en la piscina. Entre surf, juegos con tu hermano y tu primita, piscina, tu primer encuentro con un escorpión y tu descubrimiento de la nutella (ahora quieres para desayuno, almuerzo y cena), se pasaron rápidos y llenos de aventura estos últimos días. Te amo hija. Gracias por hoy.




Jul. 13, 2016

Te gusta un niño de tu escuela. TERROR. Como padre de una hija, me he hecho experto en un corto tiempo en el arte de la negación. Yo supe siempre, como persona racional, que en algún momento estos temas serían parte del día a día de criarte, pero qué fácil es vivir en denial de que eso va a pasar y de repente, sin aviso, a los 5 años ya son los “boys” un factor adicional en la trama de nuestra pequeña gran historia.
Hoy fue un día especial para ti por dos razones! La primera, es que la maestra de ballet te dijo que ya estabas lista para pasar a la siguiente clase con las niñas mas grandes. Al principio creo que te dio un poco de pánico y decías que no querías ir a esa clase. Incluso hoy me decías que por favor te llevara a la clase de las 4, la que ya conocías. Pero una vez estabas dentro de ese estudio comenzaste a tomar confianza y decidiste que ese era el lugar para ti. La segunda razón es que al fin se cayó el diente que nunca se cae!

Finalmente, luego de semanas de estar al borde de la caída, Esther logro convencerte para amarrar un hilo al diente y sacarlo. Lloraste. Más del susto que del dolor, me cuentan, ya que yo no estaba en el momento. Pero de inmediato estabas feliz, mostrando el nuevo espacio entre tus dientes a quien se te parara en frente. Habíamos hablado de dejarle queso al ratón, pero tu también querías dejar galletas y leche (y spaghetti con carne, a lo que tu mamá pronunció un rotundo no), como a Santa. En fin, todo iba de maravilla hasta que se perdió el diente. Justo antes de dormir, al preparar todo para el ratón, te diste cuenta que el diente había desaparecido. Lo sacaste de su cajita para “limpiarlo” y de ahí no supimos mas nada de él. TRAGEDIA. Hubo llanto, hubo tristeza, ira y resignación por unos 15 minutos hasta que logramos convencerte de que igual vendrían a visitarte esta noche (tanto el ratón como el hada. Mamá nos dijo a los dos que vendría un hada también). Para convencerte fue necesario responder interminables preguntas como “por donde entran?” Usan el elevador?” “Como saben que se me cayó el diente?” Y así nos fuimos un rato hasta que decidiste tú misma, hacerle un mapa a ambos para que encontraran el apartamento sin problema. Te amo hija. Gracias por hoy.




Monday, August 8, 2016

Jul. 6, 2016

Resulta que tienes un nuevo miedo, el cual conocí hoy al llegar a casa del trabajo. Te escuché quejándote porque tu nana te pedía que halaras la cadena luego de usar el baño. Tú no querías. Me parecía curioso que sintieras esa aversión a algo tan simple como halar la cadena y fui a ver qué pasaba. Al verme, saliste corriendo del baño pidiéndome que no te hiciera hacerlo porque tenías miedo de que se desbordara. Traté enseguida de calmarte, explicarte que eso ocurre muy poco y convencerte (un poco obligarte) de que entraras al baño para bajarla. Entraste corriendo, empujaste la palanca y, sin mirar atrás, corriste fuera del baño hasta el final del pasillo. Fue mejor así porque inmediatamente saliste por la puerta, el servicio comenzó a desbordarse. Nunca te diste cuenta. Rápido cerré la llave y salí a buscarte para irnos a comer un helado como habíamos planeado. En el carro me contaste que una vez, en la escuela, bajaste la palanca y se desbordó el servicio. Desde esa vez, me cuentas, no quieres bajarla cuando hay mucho papel; y cuánto me alegro que no hayas visto lo que acababa de ocurrir en casa.

Después de tu helado querías ir a caminar y nos fuimos a ver el mar y los edificios llenos de luces que se reflejaban sobre el agua. Hablamos un poco de todo… de cómo los barcos cruzan el canal, cómo sube y baja la marea, “qué pasa si nos caemos al mar? Cómo salimos papá?” Retomamos el tema de tus clases de surf, y cómo te gusta que te hable de eso y te enseñe como se hace (en tierra) pero luego no quieres meterte al mar. Dices que esta vez si de verdad te vas a meter con mi tabla grande. Hablamos un poco de la muerte, querías saber por qué a los muertos no los llevan al hospital, adonde iba uno después de muerto. Cosas así. Afortunadamente, antes de tener que enfrentar la especificidad de tus preguntas (la cual solo aumenta a medida que progresa tu línea de cuestionamiento), dos pelicanos enormes salieron de la oscuridad aterrizando abajo en el mar, frente a nosotros. Entonces comenzamos a hablar de aquellos pelícanos y nos preguntábamos si se conocían, si eran amigos. Tú preguntas que si quizás eran novios; yo me pregunto por qué eso ha de preocuparte a esta edad. Luego, de una manera muy cándida me cuentas también sobre el día en que te golpeaste la cabeza. La verdad es que nunca nos contaste con detalle tu experiencia, y hoy me hablaste del momento en el que se golpeó tu cabeza, de cómo reaccionaste cuando viste tu sangre, y cómo se preocupó tu amiguita cuando te vio la herida, pero al contarme todo esto, me agarraste la mano y me dijiste: “pero no te preocupes papá, que no me dolió ni un poquito cuando me golpeé, solo me asusté un poco.” Te amo hija. Gracias por hoy.