Wednesday, October 29, 2014

Oct. 29, 2014

Y siguen las actividades en tu escuelita. Esta vez celebraban la semana de las profesiones y los papás podían ir durante la semana a dar una charla a los niños sobre su trabajo. Además de una charla, se podía hacer algún tipo de demostración sobre el trabajo en sí, si el mismo se prestaba para eso. Para no llegar y solo hablar a un grupo de niños con corta capacidad de atención, decidí demostrarles lo que se hacía en un restaurante, cocinando algo sencillo en el salón. Entre todos me ayudaron a cocinar tostadas francesas y tú te quedaste parada al lado mío durante toda la preparación, como mi ayudante de cocina y les decías a los otros niños: “ese es mi papá!” Sonabas tan orgullosa cuando lo decías que se me derretía el corazón.

Por supuesto que el Halloween ya está en pleno apogeo esta semana y tu calendario social está activado al máximo. En los últimos días te has disfrazado de 4 o 5 cosas diferentes (al menos las que me puedo acordar ahora), hicimos una calabaza de Halloween, has ido a 3 fiestas, recogido miles de pastillas y ni siquiera ha llegado el 31 de Octubre. Compartes con tu madre el amor por esta fiesta de disfraces, a veces pienso que para ustedes dos, Halloween es como una mini navidad.

Hoy cuando te dejé en la escuela te recordé que yo te vendría a recoger y emocionada me pediste que te llevara al parque Omar después de venir por ti. Por supuesto que te dije que sí y me fui. Decidí recogerte un poco antes de la hora usual y cuando llego, me dicen que ya te fuiste de la escuela en el bus. Los buses aún estaban estacionados afuera esperando al resto de los niños para salir así que fui a buscar el tuyo. Me pareció raro que te fueras al bus porque sabías que yo te iba a buscar, y cuando abro la puerta del bus, estas riéndote a carcajadas, medio escondida detrás del asiento para que yo no te viera. “papá, me estaba escondiendo de ti solamente, es un juego.” Te amo hija. Gracias por hoy.



Oct. 22, 2014

Esta mañana te levantaste muy contenta y de buen humor. Ya tenía un par de semanas de no llevarte yo a la escuela y lo estaba extrañando mucho, al parecer tú también porque ni me preguntaste por el bus (en el que tanto te gusta irte).

Ésta semana en la escuela hicieron un festival de culturas en donde los niños iban disfrazados con los vestidos tradicionales del país que les fuera asignado. Además, debíamos llevar algo autóctono de dicho país, como por ejemplo, comida. A tu salón le tocó Egipto y entre tu mamá y tu abuela te hicieron un disfraz de egipcia espectacular. A mí no me dejaste tomarte fotos en la mañana antes de ir a la escuela, así que tuve que cruzar los dedos y esperar que alguien tuviera más suerte que yo con las fotos para así tener un recuerdo de lo linda que te veías ese día. Por suerte, me mandaron unas fotos en donde sales muy contenta y reída con tu disfraz.

Últimamente nos hemos estado preparando para finalmente mudarnos a nuestro nuevo apartamento. Te has tomado este asunto muy en serio y constantemente nos preguntas acerca de la mudanza y cómo será tu nuevo cuarto una vez nos mudemos. Originalmente te preguntamos qué color querías para tus paredes y nos dijiste que rosado y morado, así que mamá escogió un color que parecía la combinación de los dos y te encantó. También nos preguntas a cada rato cómo puedes ayudarnos y te desvives por ser parte de cada cosa que nos ves hacer. Esta semana nos ayudaste a organizar la pintura, a ordenar las cosas en el apartamento, y hasta probar personalmente los servicios sanitarios que vimos en la tienda (para ver si cabías tú en ellos o no). Te amo hija. Gracias por hoy.


Wednesday, October 15, 2014

Oct. 15, 2014

Estamos en octubre y desde ya tienes Navidad en la mente. Obvio que no ayuda el que las tiendas de este país adelanten cada vez más la “temporada navideña,” pero tu amor por la navidad ya comienza a florecer nuevamente y es evidente cada vez que salimos a la calle y te encuentras con decoraciones de la época. Aunque aún no has hecho tu lista formal, ya nos mencionaste varias cosas (paré de contar cuando ibas por 15) que le quieres pedir a santa.

Una noche llegué casa más tarde de lo usual pero, para mi suerte, aún te encontré despierta así que pude verte antes de dormir. Cuando llegué, corriste donde mí, me diste un fuerte abrazo (honestamente me sorprendió porque no sueles ser tan efusiva cuando llego a casa, a veces es todo lo contrario y te haces la interesante para que yo vaya donde ti) y me dijiste que estabas muy preocupada por mí porque era tarde y yo no llegaba, y que me habías estado esperando para jugar contigo. Ya era un poco tarde para jugar, pero aprovechamos para leer un libro. Me gustaría decir que te lo leí yo, pero últimamente te gusta a ti “leerme” los cuentos a mí.

Éste fin de semana  te llevamos al teatro. Me sorprende que te guste tanto el teatro desde esta edad, pero me encanta que lo disfrutes. No sé si alguna vez te lo había dicho, pero tu papá en algún momento de la vida hizo mucho teatro. Cuando algún día leas esto, si quieres me preguntas y te cuento. También en el weekend tuviste un “lunch date” con tus amigas organizado por tía Yani. Fueron a comer pizza tres amigas y tú (con chaperonas por supuesto) y aunque yo no participé de la salida, se ve que la pasaron súper.

Hoy mientras me vestía para ir al trabajo, me preguntaste para donde iba. Te contesté que a trabajar y me preguntaste que para qué me tenía que ir al trabajo. Te respondí que debía ir al trabajo porque es lo que hace la gente grande. No contenta con esta respuesta, me preguntas de nuevo: “pero, para qué papá, quédate aquí conmigo”. Te contesté que debía trabajar para poder hacer dinero y así poder darte todo lo que necesitabas para estar bien. Miraste a tu alrededor, luego a mí  y dijiste: “papá, yo ya tengo todo lo que necesito, así que te puedes quedar aquí conmigo.” Te amo hija. Gracias por hoy.


Wednesday, October 8, 2014

Oct. 8, 2014


Como me sigues mencionando lo de ir a acampar, decidí regalarte mi tolda vieja para que la uses en el patio con tu primo. Entre los dos nos dedicamos una tarde a personalizarla, haciendo de ella una verdadera obra de arte funcional. Ahora estas feliz porque tienes tu propia “tolda de gente grande.” Y hablando de edades y de “gente grande,” he observado también que cada día tienes una apreciación mayor por el significado del tiempo y de su paso, es decir, he notado que los engranajes de tu cabecita ya empiezan a tratar de atar cabos sobre lo que pasó en el pasado, lo que es hoy, y lo que vendrá en el futuro, aunque estas líneas de tiempo/espacio aún permanecen fuera de foco para ti.
Ésta mañana en camino a la escuela  me preguntaste si cuando yo era chiquito vivía con mamá en Panamá o en Puerto rico.  Te expliqué que ambos vivíamos en dos lugares diferentes y que no nos conocimos hasta mucho después. No quisiste dejar el tema ahí y me pediste que te contara cómo conocí a tu mamá, querías saber cada detalle y me interrumpías cada par de segundos a preguntarme cosas. Te conté que un día estaba en un salón de computadoras de la universidad y escuché la voz de una mujer cerca de mí (y tu gritabas entre afirmación y pregunta: era mamá!) con un acento muy lindo, el acento puertorriqueño. Al voltearme para ver de donde venía esa voz vi a una mujer hermosa sentada detrás de mí y le hablé… me interrumpiste para decirme “hermosa no papá, hermosisisisisimísima” (te da por usar estos adjetivos calificativos extensos ahora que ves el chavo del 8 en la tele, ya que el chavo los usa también). Y bueno, te terminé de contar una versión breve que terminó rápidamente con: nos casamos, nos mudamos a Miami y te tuvimos a ti. Ya habíamos llegado a la escuela así que, aunque tenías más preguntas, tuvimos que dejar la conversación ahí. Pero antes de entrar, me preguntaste si tú habías ido a la boda. Te dije que no, que naciste después de eso y me respondiste: “sabes, en la casa hay una película con la foto de mamá vestida de blanco, cuando llegue a la casa te la voy a enseñar.” Te dije que yo sabía y te expliqué que ese era el video de nuestra boda, de la boda que te acababa de contar yo en el carro. Entonces me dijiste que cuando llegaras a la casa íbamos a ver la “película” para ver el vestido hermosisimísimo de mamá.

Apenas llegaste a la casa corriste a mi cuarto para ver la película. Desde el momento en que empezó tenías miles de preguntas. Identificabas personas que conocías en la ceremonia y en la fiesta, lo cual te emocionaba mucho. Además me preguntabas quienes eran todas y cada una de las personas que estaban ahí que tu no conocías. Imagino que para ti debió ser un tanto surreal ver a tus padres en esto, en una época en la que tú aún no existías, en circunstancias ajenas a ti (me preguntaste si tú estabas dentro de la barriga de mamá y muchas veces me dijiste lo lindas que se veían tus abuelas y tu mamá). También debo admitir que fue una experiencia surreal para mí el recorrer nuevamente el momento que dio inicio al resto de mi vida y que ultimadamente te trajo a mí. Te acurrucaste conmigo en la cama y me dijiste “papá, cuando yo sea grande, me quiero casar contigo.” Te amo hija. Gracias por hoy.


Wednesday, October 1, 2014

Sep. 10, 2014

Mientras te aseguraba en tu silla del carro, antes de salir para una visita a al médico de las alergias, me miraste a los ojos y me dijiste “papá, yo te estaba esperando ayer en la escuela y tú no me viniste a buscar. La escuela se acabó y no llegaste así que me fui en el bus.” Mientras recogía mi corazón del piso luego de esta afirmación, traté de hacer memoria para descifrar por qué me dijiste esto, si habíamos quedado en que una vez tu abuela saliera de viaje, te ibas a ir y regresar en bus todos los días (menos los miércoles), noticia la cual te hizo muy feliz en su momento. Creo que lo que ocurrió fue que el lunes llovió tan pero tan fuerte que me sentí más tranquilo llevándote a ti y a tu primo a la escuela en la mañana, pero no pensé en recordarte que te regresarías en el bus así que supongo que te quedaste esperándome. Discúlpame princesa, no fue mi intención.

Tengo que felicitarte porque, durante todo el tiempo que esperamos por el doctor en su oficina te portaste muy bien, considerando que no tenía ni ipad ni libros para entretenerte y debiste haber estado muy aburrida (la pecera de la sala y las revistas solo me compraron un par de minutos de entretenimiento). Después de la visita al médico fuimos a la farmacia (aunque no haya que comprar medicinas, siempre pides ir a la farmacia) y mientras yo esperaba en fila para pagar, tu hiciste del lugar tu campo de juegos. Te probabas estetoscopios, te peinabas frente a un espejo de mano y jugabas al escondite, por suerte todo esto lo hacías a un volumen moderado y sin tumbar tanta mercancía de los anaqueles.
Hoy, debido al clima, no salimos de la casa así que jugamos toda la tarde a la casita y la cocinita y vimos capítulos de Dora la Exploradora, además de una cómica nueva para ti que al parecer te causó mucha gracia porque me has pedido varias veces que te la vuelva a poner (y que es el equivalente a dora en mis tiempos porque también te enseñaba a hablar español e inglés, a su manera): Speedy Gonzalez. Te amo hija. Gracias por hoy.



Oct. 1, 2014

Desde el día en que naciste pensé en plasmar por escrito la experiencia que sería la vida contigo, pero nunca lo hice hasta mucho después. Uno crece escuchando a sus padres y a padres ajenos decir constantemente que hay que aprovechar cuando los niños están chicos, porque el tiempo pasa muy rápido y en un abrir y cerrar de ojos ya se crecieron. En el 2010 esto aún me sonaba a cosas de viejo, hasta el día en que te conocí. Ahora hay tantas cosas que quisiera contarte de ti, de mí, de nosotros juntos cuando eras tan solo una bebé. De aquellos días en que por cosas de la vida dejé el trabajo para quedarme en casa contigo y tuve la oportunidad de ser testigo de tantas cosas maravillosas en tu crecimiento, tus primeros descubrimientos y de compartir contigo mi día a día, mis sueños y desaciertos como padre. Quisiera contarte de aquella vez que hicimos túneles por toda la sala con cajas de cartón y los recorrimos como laberintos, de las fotos que te tomaba tu mamá todos los meses con un traje diferente para ir viendo tu crecimiento poco a poco, de la vez que me vomitaste encima en la cocina y te quité ahí mismo la ropa para llevarte al baño sin ensuciar todo el piso cuando de pronto te orinaste también encima de mí,  poco antes de también hacerte caca en mi pecho (cómo me reí ese día, pero no en ese momento, sino después). Compartir contigo en casa esos meses de tu primer año fueron un regalo muy grande para mí, una oportunidad inigualable y espero poder contarte más sobre esto, sobre este tiempo de tú y yo, en el futuro. Pero, hoy, hace un año atrás, en un día como cualquier otro, me regalaste un momento que no pude evitar compartir con otros, así dándole génesis a las palabras que hoy lees. Aquél primer miércoles de octubre del 2013 en el que tanto me hiciste reír con tus ocurrencias, me dio finalmente el empuje que necesitaba para decidirme a hacerlo.

Como prueba de que los niños crecen muy rápido, no llevas ni dos semanas de tener 4 años y crees que ya eres un adulto. Te interesan mucho las actividades que obviamente no son para niños de tu edad y siempre estás pendiente de lo que hacemos mamá y papá para ver si tú quieres hacerlo también. Usar los zapatos de tu mamá, es para ti una aventura. Quieres acampar conmigo y me dices que quieres escalar montañas, también quieres ser veterinaria. Me causa gracia que constantemente te refieres a cosas que hacías antes empezando por decir primero: “cuando yo era chiquita…” Una noche, después de ponerte la pijama, te trepé encima de un mueble para poder tenerte a mi altura y así peinarte más fácilmente (aún te ríes de mí porque no sé peinarte como tu mamá y tu nana). Como quedamos casi a la misma altura me preguntaste: “cuándo yo voy a estar de este tamaño papá? Pronto?” Te dije que te faltaba mucho aún y me dijiste “ay no!” Al preguntarte por qué querías estar de ese tamaño, me respondiste que querías estar grande para poder manejar ya y no tener que ir en el car seat. Al menos aún no me mencionas nada sobre algún niño que te guste así que puedo respirar tranquilo por un tiempito más. Te amo hija. Gracias por hoy.