Wednesday, December 24, 2014

Dic. 23, 2014

Hoy es noche buena y no estoy contigo mi querida hija. Te fuiste la semana pasada a Puerto Rico a empezar la celebración de “la mejor navidad del mundo,” según tus paisanos boricuas. Me han estado enviando fotos tuyas divirtiéndote mucho con tus abuelos y tíos, pero no he podido hablar contigo porque cada vez que te llamo te vas corriendo a hacer otra cosa ya que tu calendario social (aún en otro país) no te permite darme más que unos minutos.

Ya viajar para ti se ha convertido en cosa de rutina y cada vez te portas mejor y ayudas más a tu mamá durante el trayecto. Quieres llevar tu propia maleta hasta el check-in y enseñar tu pasaporte. Lo que pasa es que también te crees república independiente de Valentina y quieres salir a explorar todo el aeropuerto sola, así que hay que tenerte el ojo puesto todo el tiempo!

Como no ibas a estar aquí para navidad, hicimos una pequeña cena navideña para despedirte a ti y mamá, aprovechando para darte todos tus regalos antes del viaje. Sé que hoy donde estás te encuentras contenta y feliz y  eso me hace muy feliz, aunque te extraño muchísimo. Pero bueno, solo faltan unos pocos días y estaré de vuelta al lado de mis dos princesas (bueno, de mi princesa y mi reina). Te amo hija. Gracias por hoy.


Wednesday, December 17, 2014

Dic. 17, 2014

Al fin de vacaciones! Ya saliste de la escuela y te toca pasar más tiempo en casa mientras que nos vamos a trabajar, lo cual resulta en un despliegue de energía alocado que sueltas una vez llegamos a casa por la tarde. Por estos días estás que pareces un trompo automático; no paras de dar vueltas buscando que hacer y resulta que además has heredado el explosivo volumen de voz de tu padre, lo cual torna las tardes de tu nana y abuela en una cacofonía ensordecedora. Se nota que cuentas los días para irte a Puerto Rico en tus vacaciones (ya solo faltan dos días) porque hablas mucho del viaje y del avión, pero sobretodo, de tus abuelos. La verdad es que yo tampoco aguanto las ganas de ir a la isla del encanto de visita, así que te entiendo muy bien.

Como tuve que pasar parte de la mañana arreglando unas cositas de mi carro en el garaje de la casa, tú aprovechaste para acompañarme y ayudarme mientras trabajaba. Parte del trabajo involucraba el uso de una manguera e inevitablemente terminamos dándole un uso distinto al que fue su propósito original. Acabamos los dos mojados de pies a cabeza disparándonos agua con la manguera o con bolsas plásticas llenas de agua muertos de la risa y ya que estábamos los dos empapados, decidimos aprovechar para lavar el carro. Tu querías tu propia esponja y cubo lleno de jabón, pero lo que más te gustó de todo el proceso fue el shamay. No podías creer que la toallita mágica esa secara todo de una vez y que al terminar le das vuelta para exprimirla y sale toda el agua. Lo que a mí me causó más gracia es que no podías decir Shamay, así que le decías Jamike (HA-MAIK) y no entendías por qué me reía tanto cada vez que le decías así.
Esta semana tu mamá no se ha sentido muy bien y como tú eres tan perceptiva, te pudiste dar cuenta. Viendo cuánto nos divertimos echándonos agua me dijiste en medio de toda la acción: “papá, cuando llegue mamá del trabajo, vamos a echarle agua con la manguera para que esté feliz y se sienta mejor.” Te amo hija. Gracias por hoy.


Wednesday, December 10, 2014

Dic. 10, 2014

Mi niña grande, hoy fue el último miércoles en que te llevo a la escuelita. Ya el viernes es tu último día y sales de vacaciones hasta el próximo año en que empiezas el pre-kinder. En verdad querías irte en bus, pero siendo ésta la última semana, te insistí en que sería yo el que me encargaría de tu transporte a la escuela, porque después de todos estos años de hacerlo, lo voy a extrañar mucho. No tanto el tráfico ni el desvío total de mi ruta hacia el trabajo, pero ese tiempo contigo, esos momentos invaluables en que eres sólo para mí.

Cuando te pasé a recoger hacía una tarde esplendorosa de verano así que teníamos que aprovecharla para hacer algo divertido. Te pusiste tus lentes de sol (hace un tiempo atrás me diste unos lentes para que los tuviera yo siempre en el carro en caso de que hubiera mucho sol) y me dijiste que nos fuéramos al parque Omar, tu favorito. Después de correr y jugar un buen rato en los “monkey bars,” fuimos a ver aquél árbol de limón que sembraste ya hace un año en el parque, y no podías creer que el árbol ya alcanzaba tu tamaño, así que te tomé una foto al lado de él para que vieras cuánto había crecido. El día estaba tan delicioso que nos quedamos un buen rato en el parque para aprovecharlo, comiendo raspado sentados en la hierba mientras mirábamos a los niños más grandes que jugaban con unos carritos motorizados pretendiendo estar en el tráfico. Tú querías ir a manejar los carritos pero aún estás muy pequeña para hacerlo y lo entendiste sin problema. Solo verlos te fue suficiente, hasta que se acabó el raspao y nos fuimos a los columpios.

Mientras te columpiaba y me pedías que lo hiciera más y más fuerte (cómo siempre lo haces), hoy tenías una misión especial! “papá méceme más duro que quiero llegar al cielo.” Y para qué, te pregunté. “para caer encima de las nubes y comérmelas todas!” Comértelas? “Sí papá, las nubes son como malvaviscos gigantes, te imaginas comerte todos esos malvaviscos?” Te amo hija. Gracias por hoy.


Wednesday, December 3, 2014

Dic. 3, 2014

En estos días, imitar y querer hacer las cosas “yo solita,” son tus comportamientos favoritos. A veces se torna un poco frustrante para nosotros, tus padres, el que quieras ejercer tu independencia (léase, hacer todo lo que quieras) porque desde ya crees que sabes lo que es mejor para ti y lo quieres todo a tu manera. Por otro lado entiendo que nos estas probando a ver hasta dónde te permitimos llegar y es nuestra oportunidad de establecer las reglas del juego. Poco a poco te va mejor al intentar hacer ciertas cosas tu sola, y te hace tan feliz cuando lo logras que no pierdo la oportunidad de enseñarte a hacer lo que me pides, siempre y cuando no me parezca inapropiado. Pero así mismo como te hace feliz el lograr hacer cosas tu sola, te frustras cuando las cosas no te salen como quieres.

Hoy salimos a montar bicicleta en la tarde y por alguna razón sentías que la bici no iba tan rápido como querías. Paraste, la examinaste y me dijiste que pensabas que había que repararla porque iba muy lento. Te dije que cuando llegáramos a casa le íbamos a echar aceite a la cadena para que fuera más rápido y te encantó la idea. Como “andaba lenta,” la bici, ya me hiciste caminar de vuelta a la casa con bicicleta en mano porque no la querías montar hasta que la arregláramos. Por supuesto querías hacerlo sola, así que te enseñe cómo hacerlo y media lata de aceite después, estabas satisfecha con tu trabajo (y el piso, yo y los alrededores llenos de aceite lubricante).  Ya que estábamos en el asunto mecánico, te dio por querer ver el motor de mi carro para “arreglarlo” también. No hice más que abrir la tapa y quedaste fascinada con todos los componentes mecánicos, el abanico (“papá, al carro le da calor? Porque aquí veo un abanico”) y las tapas para los fluidos de motor.

Hay dos cosas que quieres aprender y que te frustra un poco no poder hacer aún. Una es silbar, y aunque te moleste no poder, a mi me encanta verte tratar de hacerlo. Aunque te aseguro que con el tiempo aprenderás, es poco consuelo para ti. Así mismo, en estos días te ha dado por querer guiñar el ojo y anoche tu mamá y yo reíamos al verte tratar de hacerlo mientras con una mano te agarrabas el párpado de un ojo para evitar que se cerrara. Te amo hija. Gracias por hoy.