Hoy no fuiste a la escuela, así que nos quedamos casi toda
la mañana en casa pintando y haciendo manualidades. Pintaste un cuadro para mí
(bueno, la verdad es que nunca se sabe contigo porque a veces cambias al
destinatario sin previo aviso. Esta misma pintura hoy también fue de tu nana,
de tia Maggie, de tu abuela y después mía nuevamente!) y también le hiciste una tarjeta de cumpleaños
a una tía. Resulta que ayer amaneciste resfriada y como hoy seguiste con una
tos fea, decidimos llevarte al Dr.
Estabas aterrada de que fuera para una inyección, y con las
lágrimas enjugándose en el borde de tus ojos me miraste y me dijiste que no
querías inyecciones porque “sacan sangre”. Te abracé (ahí sentí como tu
corazoncito latía súper fuerte y tu cara se ponía rojita, dándome cuenta que de
veras tenías miedo) y te prometí que hoy solo te iban a revisar los pulmones y
los oídos y que nadie te iba a hacer “pulla, pulla” como dice el Dr. Lo primero
que hiciste cuando viste al Dr. Fue informarle que no querías inyección y
cuando te dijo que no iba a haber pulla, pulla hoy, procediste a enseñarle tu
manicure y a preguntarle si a él le gustaba tu esmalte con escarcha. Te amo
hija. Gracias por hoy.