Wednesday, September 24, 2014

Sep. 24, 2014

Hace 4 años y un día, en una habitación frente al mar y bajo una tarde de lluvia, llegaste a nosotros para cambiar nuestra idea de lo que era vivir la vida. De repente ya no éramos solamente dos, sino un equipo de tres, eso fue evidente de inmediato. Lo que no fue evidente tan rápido fueron las reglas del juego que estábamos por comenzar. Con solo 4 años de ser papá, aun puedo decir que me falta mucha experiencia, pero contigo he aprendido tantas cosas, sobretodo de mí mismo, y sé que éste es un juego al que quiero seguir siempre jugando. Para celebrar tu cumpleaños como debe ser, debo contarte sobre ese motor que nos mueve, que marca nuestra pauta, que nos mantiene en línea recta y nos inspira a movernos siempre hacia adelante. Debo contarte sobre esa caja de sorpresas, el faro que nos alumbra y la alegría que nos alimenta: tu mamá. El amor de tu madre, la fuerza que nos da y las cosas que nos enseña (de esto entenderás mucho más cuando crezcas), hacen que todo sea posible. Así que en esta ocasión, al igual que en todos tus cumpleaños, además de celebrar tu nacimiento, celebramos a mamá, la que nos dio vida a los dos.




Ayer celebramos tu cumple primero en la escuelita con tus amiguitos y luego en la casa te cantamos feliz cumpleaños con la familia. Todo el tema era de Frozen, tu más reciente obsesión, incluyendo el cake con copos de nieve y muñequitos de la cómica, además de globos y una piñata de Elsa que llevamos a la escuela. Me sorprendió verte pegarle a la piñata, ya que nunca te ha agradado el asunto (y menos aun siendo Elsa la víctima de los golpes) pero esta vez sí lo disfrutaste, al igual que tus amiguitos en la escuela. La verdad es que la pasaste muy bien en tu cumpleaños y haberte visto tan feliz todo el día fue un perfecto regalo para tu mamá y para mí.

Lo primero que me preguntaste ésta mañana cuando me viste fue: “papá, hoy todavía tengo 4 años?” Si Valentina, te respondí. “Qué bueno, y hasta cuando voy a tener 4?” Te dije que en 364 días y eso pareció satisfacer tu curiosidad al respecto. Te amo hija. Gracias por hoy y por todos los días que me das.  

FOTO TOMADA DESDE EL CUARTO EN EL QUE NACISTE, EL DÍA EN QUE TE VIMOS LLEGAR

Wednesday, September 17, 2014

Sep. 17, 2014

Últimamente hemos comenzado una nueva tradición, la cual consiste en que te despiertas  cerca de las 6am y te cruzas para nuestro cuarto a seguir durmiendo. Puedo decir que se ha convertido en uno de mis momentos favoritos del día porque llegas y te acuestas muy cerquita mío y me pides “acurrucarte” conmigo. A esta hora usualmente ya tu mamá se ha ido, o está en proceso de irse al trabajo así que nos quedamos solo tú y yo hasta que me toca a mí levantarme para irme a trabajar. Hoy, sin embargo, tuve que despertarme antes que tú llegaras y salir a llevar mi carro al taller. Cuando regresé a casa, estabas molesta conmigo porque no pudiste acurrucarte en la cama con nadie y no querías bajar a desayunar conmigo hasta que finalmente pude convencerte.

Cada día te gustan más los libros. Aunque te leo en varias ocasiones, tu mamá ha hecho su misión el leerte desde que estabas en su barriga. Anoche ella te iba a leer un cuento, pero para mi sorpresa, la que nos leyó el cuento a tu mamá y a mí, fuiste tú. Los cuentos que ya te sabes nos los vas narrando tal y cómo recuerdas que te los han contado, y los libros más nuevos te los inventas. Me encanta que sientas ese aprecio por los libros que tenemos tu madre y yo. Mientras te leía yo un libro sobre piratas, me interrumpiste de repente para contarme tú misma una historia: “papá, te sabes el cuento de los piratas de Panamá?” sorprendido un poco por esta repentina pregunta te pregunté a ti, que a cuál cuento te referías, y procediste a contarme (en una condensada y concisa versión) la historia del ataque de Henry Morgan a la ciudad de Panamá la Vieja y su posterior destrucción por fuego. Es bueno saber que en la escuela te enseñan historia de este tipo, la verdad no me esperaba que hablaran de estas cosas con niños tan pequeños.

Me despido de ti por el momento, voy a descansar, ya que tu más reciente “juguete,” (un “tren” hecho a mano con cajetas de cartón, vagón incluido) requiere de mi esfuerzo para empujarte por toda la casa haciendo paradas frecuentes sólo para recoger en el camino a tus amigos elefantes para llevarlos a tu circo a tiempo para la siguiente función. Te amo hija. Gracias por hoy.



Wednesday, September 3, 2014

Sep. 3, 2014

Ésta semana ha sido recordatorio de lo mucho que ya has crecido y lo rápido que pasa el tiempo a los ojos de un padre. Te llevamos a tu cita de evaluación para entrar finalmente a pre-kinder con los “niños grandes.” Ya éstos serán tus últimos meses en maternal y parece mentira que ya dejas de ser nuestra bebé (bueno, al menos técnicamente). Tú estabas muy feliz de estar ahí en la escuela y actuabas como si mañana mismo empezaras las clases de pre-k. Otra razón de felicidad para ti (y todos los involucrados) es que por fortuna, te va a tocar ir a la misma escuela en donde hoy trabaja tu mamá así que mientras visitábamos la escuela, te llevé a ver el salón donde da clases mamá y, en silencio, la espiamos un ratito por la ventana de la puerta hasta que se dio cuenta que estábamos ahí porque los niños del salón te comenzaron a señalar.

También ésta semana hemos estado planeando tu celebración de cumpleaños, el cual ya se aproxima, y aún nos es difícil creer que ya vas a cumplir 4 años. A veces, me siento que creces más rápido de lo que se expanden mis habilidades de ser papá y siento que estoy en una carrera perpetua para aprender cómo manejar cada situación, cómo responder a todas tus preguntas (que cada día son más) y cómo darte el mejor ejemplo que pueda. Por mis padres sé que es una carrera que no termina jamás, pero una en la que siempre se gana.

Hoy te debía una ida al parque Omar porque ya habían pasado muchas semanas en que no lo visitábamos. Así que estabas muy contenta cuando me pediste ir y te dije que sí al recogerte en la escuela. Cuando llegamos al parque me pediste que te cargara hasta donde están los juegos de los niños. Todo el que ha ido al parque Omar sabe que la caminata de los estacionamientos a los juegos es algo considerable, más aún, cargando a alguien, así que para convencerte de que fueras utilizando tu propio poder de propulsión bípedo, convertí la ida al parque en una carrera. Funcionó, ibas muerta de la risa tratando de alcanzarme hasta los juegos, pero bueno, me tocó correr hasta allá contigo así que igual no fue tan sencillo tu traslado hasta los juegos. Te amo hija. Gracias por hoy.