Wednesday, December 24, 2014

Dic. 23, 2014

Hoy es noche buena y no estoy contigo mi querida hija. Te fuiste la semana pasada a Puerto Rico a empezar la celebración de “la mejor navidad del mundo,” según tus paisanos boricuas. Me han estado enviando fotos tuyas divirtiéndote mucho con tus abuelos y tíos, pero no he podido hablar contigo porque cada vez que te llamo te vas corriendo a hacer otra cosa ya que tu calendario social (aún en otro país) no te permite darme más que unos minutos.

Ya viajar para ti se ha convertido en cosa de rutina y cada vez te portas mejor y ayudas más a tu mamá durante el trayecto. Quieres llevar tu propia maleta hasta el check-in y enseñar tu pasaporte. Lo que pasa es que también te crees república independiente de Valentina y quieres salir a explorar todo el aeropuerto sola, así que hay que tenerte el ojo puesto todo el tiempo!

Como no ibas a estar aquí para navidad, hicimos una pequeña cena navideña para despedirte a ti y mamá, aprovechando para darte todos tus regalos antes del viaje. Sé que hoy donde estás te encuentras contenta y feliz y  eso me hace muy feliz, aunque te extraño muchísimo. Pero bueno, solo faltan unos pocos días y estaré de vuelta al lado de mis dos princesas (bueno, de mi princesa y mi reina). Te amo hija. Gracias por hoy.


Wednesday, December 17, 2014

Dic. 17, 2014

Al fin de vacaciones! Ya saliste de la escuela y te toca pasar más tiempo en casa mientras que nos vamos a trabajar, lo cual resulta en un despliegue de energía alocado que sueltas una vez llegamos a casa por la tarde. Por estos días estás que pareces un trompo automático; no paras de dar vueltas buscando que hacer y resulta que además has heredado el explosivo volumen de voz de tu padre, lo cual torna las tardes de tu nana y abuela en una cacofonía ensordecedora. Se nota que cuentas los días para irte a Puerto Rico en tus vacaciones (ya solo faltan dos días) porque hablas mucho del viaje y del avión, pero sobretodo, de tus abuelos. La verdad es que yo tampoco aguanto las ganas de ir a la isla del encanto de visita, así que te entiendo muy bien.

Como tuve que pasar parte de la mañana arreglando unas cositas de mi carro en el garaje de la casa, tú aprovechaste para acompañarme y ayudarme mientras trabajaba. Parte del trabajo involucraba el uso de una manguera e inevitablemente terminamos dándole un uso distinto al que fue su propósito original. Acabamos los dos mojados de pies a cabeza disparándonos agua con la manguera o con bolsas plásticas llenas de agua muertos de la risa y ya que estábamos los dos empapados, decidimos aprovechar para lavar el carro. Tu querías tu propia esponja y cubo lleno de jabón, pero lo que más te gustó de todo el proceso fue el shamay. No podías creer que la toallita mágica esa secara todo de una vez y que al terminar le das vuelta para exprimirla y sale toda el agua. Lo que a mí me causó más gracia es que no podías decir Shamay, así que le decías Jamike (HA-MAIK) y no entendías por qué me reía tanto cada vez que le decías así.
Esta semana tu mamá no se ha sentido muy bien y como tú eres tan perceptiva, te pudiste dar cuenta. Viendo cuánto nos divertimos echándonos agua me dijiste en medio de toda la acción: “papá, cuando llegue mamá del trabajo, vamos a echarle agua con la manguera para que esté feliz y se sienta mejor.” Te amo hija. Gracias por hoy.


Wednesday, December 10, 2014

Dic. 10, 2014

Mi niña grande, hoy fue el último miércoles en que te llevo a la escuelita. Ya el viernes es tu último día y sales de vacaciones hasta el próximo año en que empiezas el pre-kinder. En verdad querías irte en bus, pero siendo ésta la última semana, te insistí en que sería yo el que me encargaría de tu transporte a la escuela, porque después de todos estos años de hacerlo, lo voy a extrañar mucho. No tanto el tráfico ni el desvío total de mi ruta hacia el trabajo, pero ese tiempo contigo, esos momentos invaluables en que eres sólo para mí.

Cuando te pasé a recoger hacía una tarde esplendorosa de verano así que teníamos que aprovecharla para hacer algo divertido. Te pusiste tus lentes de sol (hace un tiempo atrás me diste unos lentes para que los tuviera yo siempre en el carro en caso de que hubiera mucho sol) y me dijiste que nos fuéramos al parque Omar, tu favorito. Después de correr y jugar un buen rato en los “monkey bars,” fuimos a ver aquél árbol de limón que sembraste ya hace un año en el parque, y no podías creer que el árbol ya alcanzaba tu tamaño, así que te tomé una foto al lado de él para que vieras cuánto había crecido. El día estaba tan delicioso que nos quedamos un buen rato en el parque para aprovecharlo, comiendo raspado sentados en la hierba mientras mirábamos a los niños más grandes que jugaban con unos carritos motorizados pretendiendo estar en el tráfico. Tú querías ir a manejar los carritos pero aún estás muy pequeña para hacerlo y lo entendiste sin problema. Solo verlos te fue suficiente, hasta que se acabó el raspao y nos fuimos a los columpios.

Mientras te columpiaba y me pedías que lo hiciera más y más fuerte (cómo siempre lo haces), hoy tenías una misión especial! “papá méceme más duro que quiero llegar al cielo.” Y para qué, te pregunté. “para caer encima de las nubes y comérmelas todas!” Comértelas? “Sí papá, las nubes son como malvaviscos gigantes, te imaginas comerte todos esos malvaviscos?” Te amo hija. Gracias por hoy.


Wednesday, December 3, 2014

Dic. 3, 2014

En estos días, imitar y querer hacer las cosas “yo solita,” son tus comportamientos favoritos. A veces se torna un poco frustrante para nosotros, tus padres, el que quieras ejercer tu independencia (léase, hacer todo lo que quieras) porque desde ya crees que sabes lo que es mejor para ti y lo quieres todo a tu manera. Por otro lado entiendo que nos estas probando a ver hasta dónde te permitimos llegar y es nuestra oportunidad de establecer las reglas del juego. Poco a poco te va mejor al intentar hacer ciertas cosas tu sola, y te hace tan feliz cuando lo logras que no pierdo la oportunidad de enseñarte a hacer lo que me pides, siempre y cuando no me parezca inapropiado. Pero así mismo como te hace feliz el lograr hacer cosas tu sola, te frustras cuando las cosas no te salen como quieres.

Hoy salimos a montar bicicleta en la tarde y por alguna razón sentías que la bici no iba tan rápido como querías. Paraste, la examinaste y me dijiste que pensabas que había que repararla porque iba muy lento. Te dije que cuando llegáramos a casa le íbamos a echar aceite a la cadena para que fuera más rápido y te encantó la idea. Como “andaba lenta,” la bici, ya me hiciste caminar de vuelta a la casa con bicicleta en mano porque no la querías montar hasta que la arregláramos. Por supuesto querías hacerlo sola, así que te enseñe cómo hacerlo y media lata de aceite después, estabas satisfecha con tu trabajo (y el piso, yo y los alrededores llenos de aceite lubricante).  Ya que estábamos en el asunto mecánico, te dio por querer ver el motor de mi carro para “arreglarlo” también. No hice más que abrir la tapa y quedaste fascinada con todos los componentes mecánicos, el abanico (“papá, al carro le da calor? Porque aquí veo un abanico”) y las tapas para los fluidos de motor.

Hay dos cosas que quieres aprender y que te frustra un poco no poder hacer aún. Una es silbar, y aunque te moleste no poder, a mi me encanta verte tratar de hacerlo. Aunque te aseguro que con el tiempo aprenderás, es poco consuelo para ti. Así mismo, en estos días te ha dado por querer guiñar el ojo y anoche tu mamá y yo reíamos al verte tratar de hacerlo mientras con una mano te agarrabas el párpado de un ojo para evitar que se cerrara. Te amo hija. Gracias por hoy.



Wednesday, November 26, 2014

Nov. 26, 2014

El evento para el cual estuviste practicando todo el año finalmente llegó. Ayer tuviste tu función de baile de fin de año organizada por la escuela, y también te entregaron tu certificado de “graduada” de la escuelita maternal. Me parece increíble que ya vayas para pre-kinder en unos meses, pero lo que me hace el asunto aún más impactante es que pronto te veré irte a la escuela por la mañana usando el mismo uniforme que usé yo hace ya varios años para ir a la escuela.  Mi hija, mi bebé, ahora va al mismo colegio del que me gradué yo.

Pero bueno, para no aburrirte con estos temas melancólicos de padres de familia, te cuento que este año te luciste con tu Pollera Montuna en el baile típico de la escuela. Me llena de orgullo ver que a temprana edad te empapas de tu cultura y el “bonus” es que te ves hermosa haciéndolo. Además del baile típico, saliste bailando vestida de Oliva (la novia de Popeye) haciendo una coreografía con las demás niñas de tu salón y nos mataste de la risa haciendo el twist mientras bailabas La Bamba.

Hoy estabas súper cariñosa conmigo desde que te levantaste en la mañana. No me querías soltar y aproveché eso hasta el máximo porque como yo siempre te ando apretando, abrazando y besando, tu a veces me sales huyendo. Antes de irnos para la escuela nos encontramos a tu abuela despierta y preparando un pastel así que decidiste ayudarla. Ella te pidió que le untaras dulce de leche encima al bizcocho, pero fue más lo que quedó en tu boca que lo que llegaste a ponerle al pastel. Como también había que ponerle icing de chocolate, rápidamente te levanté de la mesa y nos fuimos para la escuela antes de que siguieras comiéndote el chocolate a escondidas. Te amo hija. Gracias por hoy.


Wednesday, November 19, 2014

Nov. 19, 2014

El mes de Noviembre es un mes muy importante en Panamá ya que es el mes de las fiestas patrias y se celebra desde el primero hasta el último día del mes. Pero como tú no eres tan solo panameña, sino una combinación perfecta de dos hermosas naciones, es importante para nosotros (tus padres) que conozcas y lleves siempre con orgullo las tradiciones de tus dos hogares, Panamá y Puerto Rico. Hoy Puerto Rico celebra su fiesta más grande de identidad nacional en honor a su descubrimiento y decidí contarte todo acerca de la llegada de Cristóbal Colón a la isla hace más de 500 años y para celebrar pintamos entre los dos la bandera borincana. Creo que algunos detalles aún escapan tu comprensión y te noto algo confundida cuando hablamos de que eres de los dos países y no solo de uno, pero poco a poco vas conociendo más con nuestra ayuda y tus visitas a la isla. Lo que sí es cierto es que te notabas muy interesada en la “fiesta” de la que te hablé, cuando te decía que hoy Puerto Rico estaba de fiesta, porque me preguntaste si estabas invitada y me dijiste que querías ir para allá así que por favor te llevara al aeropuerto. Mientras tanto, nos tuvimos que conformar con pintar la bandera, mientras gritabas “feliz día de Puerto Rico!”

Cuando eras bebé (al menos tus primeros dos años de vida) nos deleitábamos en el hecho de que siempre te levantabas de buen humor por la mañana y después de tus siestas. Te levantabas contenta, reída y lista para sacarle provecho a cada segundo de tu día. Pero a medida que has ido creciendo he tenido que aceptar el hecho de que no siempre eres un “morning person.” No es que me moleste, la verdad es que me causa gracia la mayoría de las veces que te oigo refunfuñar en tu antipatía mañanera aunque a veces sea yo la víctima de tus humores. Hoy por ejemplo, me dijiste de una manera muy tajante que no querías que te llevara a la escuela y que querías irte en bus. Pero una vez estás de regreso en casa de la escuela, llegas llena de amor y una dulzura que dura el resto del día. También sueles dar un abrazo a tu nana antes de irte a la escuela en las mañanas, pero en esta ocasión te negaste cuando ella te lo pidió y simplemente te fuiste al colegio. Al regresar, sin embargo, llegaste a darle un fuerte abrazo y le dijiste: “ya encontré el abrazo, se había quedado en la escuela.” Te amo hija. Gracias por hoy.



Wednesday, November 12, 2014

Nov. 12, 2014

Este fin  de semana nos fuimos de paseo “al campo.” Ibas emocionada desde que salimos de la ciudad porque al fin estrenaríamos tu súper tolda de acampar al aire libre. Después de lidiar con el tráfico, una parada para comprar empanadas, otra parada para ver la playa y mil preguntas de cuándo íbamos a llegar al campo, llegamos a nuestro destino y fuimos directo y sin preámbulos a dejar tu tolda armada para la noche.

Estabas feliz de andar de paseo y con ganas de explorar, le pediste a tu madre que te llevara a caminar mientras yo hacía el desayuno. Regresaste emocionada a contarme lo que habías visto y a decirme hasta donde habían caminado. Sin duda eres toda una exploradora. Y pensar que aún faltaba lo mejor! Te habíamos prometido llevarte a un lago así que nos fuimos los tres a seguir explorando y cuando llegamos lo que más querías era salir corriendo y jugar al escondite en aquellos campos inmensos. Por un ratito jugamos contigo, pero darte rienda suelta en un lugar así implicaría que todavía hoy estaríamos buscándote entre los árboles y tu corriendo como loca riéndote a carcajadas.
Como aún no me siento bien hoy, y ya que no fuiste a la escuela tampoco, te quedaste todo el día en casa conmigo. Cuidándome, te pegabas a mí mientras estaba acostado en la cama y me decías que te ibas a acurrucar conmigo todo el día para que me sintiera mejor. Exactamente eso hiciste hoy y te agradezco mi amor por tu compañía. Te amo hija. Gracias por hoy.



Wednesday, November 5, 2014

Nov. 5, 2014

Al fin llegó Halloween, tu día esperado. Una amiga nos invitó a su urbanización para ir a hacer “trick or treat” y fuimos para allá con tu mamá y muchos otros amiguitos que también estaban invitados a la fiesta. Después de hacer pruebas con 1,000 disfraces, finalmente terminaste luciendo el de Princesita Sofía para el gran día, y no es por nada, pero te quedó precioso. Antes este día me daba un poco de estrés porque, al menos hasta ahora, has sido alérgica al chocolate y siempre me preocupaba el tener que estar pendiente de que no te fueran a dar chocolate sin que nos diéramos cuenta o que te pusieras triste porque los demás niños si comen y tu no. Digo, qué niño no quisiera comer chocolates! Dios sabe que yo no puedo vivir sin los chocolates. Pero me ha sorprendido tu entender sobre tu propia condición y a veces hasta le explicas a la gente que no puedes comer chocolate porque te salen ronchitas.  Y, aunque a veces te damos una probadita para saciar tu curiosidad, quedas satisfecha con tan solo ese poquito. Además del Halloween, y aún más importante, es que esta semana son las fiestas patrias de Panamá, en las cuales celebramos la independencia y muchas otras cosas más. Por supuesto, te tocó vestirte de “panameñita” con tu pollera montuna para ir a la escuela así que estas últimas fueron semanas de diversas vestimentas, disfraces y apreciaciones culturales.

El otro día me sentía mal y pensé que me estaba resfriando porque me dolía un poco la garganta. Estabas en mi cuarto cuando me escuchaste quejarme y me dijiste que me quedara quietecito que tú ibas a curarme. Te fuiste rápidamente del cuarto y después de un ratito regresaste vestida de pies a cabeza con uniforme e instrumentos de doctor (con tu disfraz de la doctora juguetes) para examinarme. Me explicaste con calma lo que ibas a hacer y me dijiste que solo la inyección me iba a doler un poquito pero que tenía que ser valiente. Me tomaste la presión, escuchaste mi corazón y revisaste mis oídos, ojos y nariz antes de darme un pinchazo (aún no tengo claro con qué me inyectaste, pero según tú me iba a curar).  Al día siguiente viniste donde mí y me preguntaste: papá, ya te sientes mejor?” y cuando te respondí que sí, me preguntaste emocionada “te curé yo verdad?” Te amo hija. Gracias por hoy.


Wednesday, October 29, 2014

Oct. 29, 2014

Y siguen las actividades en tu escuelita. Esta vez celebraban la semana de las profesiones y los papás podían ir durante la semana a dar una charla a los niños sobre su trabajo. Además de una charla, se podía hacer algún tipo de demostración sobre el trabajo en sí, si el mismo se prestaba para eso. Para no llegar y solo hablar a un grupo de niños con corta capacidad de atención, decidí demostrarles lo que se hacía en un restaurante, cocinando algo sencillo en el salón. Entre todos me ayudaron a cocinar tostadas francesas y tú te quedaste parada al lado mío durante toda la preparación, como mi ayudante de cocina y les decías a los otros niños: “ese es mi papá!” Sonabas tan orgullosa cuando lo decías que se me derretía el corazón.

Por supuesto que el Halloween ya está en pleno apogeo esta semana y tu calendario social está activado al máximo. En los últimos días te has disfrazado de 4 o 5 cosas diferentes (al menos las que me puedo acordar ahora), hicimos una calabaza de Halloween, has ido a 3 fiestas, recogido miles de pastillas y ni siquiera ha llegado el 31 de Octubre. Compartes con tu madre el amor por esta fiesta de disfraces, a veces pienso que para ustedes dos, Halloween es como una mini navidad.

Hoy cuando te dejé en la escuela te recordé que yo te vendría a recoger y emocionada me pediste que te llevara al parque Omar después de venir por ti. Por supuesto que te dije que sí y me fui. Decidí recogerte un poco antes de la hora usual y cuando llego, me dicen que ya te fuiste de la escuela en el bus. Los buses aún estaban estacionados afuera esperando al resto de los niños para salir así que fui a buscar el tuyo. Me pareció raro que te fueras al bus porque sabías que yo te iba a buscar, y cuando abro la puerta del bus, estas riéndote a carcajadas, medio escondida detrás del asiento para que yo no te viera. “papá, me estaba escondiendo de ti solamente, es un juego.” Te amo hija. Gracias por hoy.



Oct. 22, 2014

Esta mañana te levantaste muy contenta y de buen humor. Ya tenía un par de semanas de no llevarte yo a la escuela y lo estaba extrañando mucho, al parecer tú también porque ni me preguntaste por el bus (en el que tanto te gusta irte).

Ésta semana en la escuela hicieron un festival de culturas en donde los niños iban disfrazados con los vestidos tradicionales del país que les fuera asignado. Además, debíamos llevar algo autóctono de dicho país, como por ejemplo, comida. A tu salón le tocó Egipto y entre tu mamá y tu abuela te hicieron un disfraz de egipcia espectacular. A mí no me dejaste tomarte fotos en la mañana antes de ir a la escuela, así que tuve que cruzar los dedos y esperar que alguien tuviera más suerte que yo con las fotos para así tener un recuerdo de lo linda que te veías ese día. Por suerte, me mandaron unas fotos en donde sales muy contenta y reída con tu disfraz.

Últimamente nos hemos estado preparando para finalmente mudarnos a nuestro nuevo apartamento. Te has tomado este asunto muy en serio y constantemente nos preguntas acerca de la mudanza y cómo será tu nuevo cuarto una vez nos mudemos. Originalmente te preguntamos qué color querías para tus paredes y nos dijiste que rosado y morado, así que mamá escogió un color que parecía la combinación de los dos y te encantó. También nos preguntas a cada rato cómo puedes ayudarnos y te desvives por ser parte de cada cosa que nos ves hacer. Esta semana nos ayudaste a organizar la pintura, a ordenar las cosas en el apartamento, y hasta probar personalmente los servicios sanitarios que vimos en la tienda (para ver si cabías tú en ellos o no). Te amo hija. Gracias por hoy.


Wednesday, October 15, 2014

Oct. 15, 2014

Estamos en octubre y desde ya tienes Navidad en la mente. Obvio que no ayuda el que las tiendas de este país adelanten cada vez más la “temporada navideña,” pero tu amor por la navidad ya comienza a florecer nuevamente y es evidente cada vez que salimos a la calle y te encuentras con decoraciones de la época. Aunque aún no has hecho tu lista formal, ya nos mencionaste varias cosas (paré de contar cuando ibas por 15) que le quieres pedir a santa.

Una noche llegué casa más tarde de lo usual pero, para mi suerte, aún te encontré despierta así que pude verte antes de dormir. Cuando llegué, corriste donde mí, me diste un fuerte abrazo (honestamente me sorprendió porque no sueles ser tan efusiva cuando llego a casa, a veces es todo lo contrario y te haces la interesante para que yo vaya donde ti) y me dijiste que estabas muy preocupada por mí porque era tarde y yo no llegaba, y que me habías estado esperando para jugar contigo. Ya era un poco tarde para jugar, pero aprovechamos para leer un libro. Me gustaría decir que te lo leí yo, pero últimamente te gusta a ti “leerme” los cuentos a mí.

Éste fin de semana  te llevamos al teatro. Me sorprende que te guste tanto el teatro desde esta edad, pero me encanta que lo disfrutes. No sé si alguna vez te lo había dicho, pero tu papá en algún momento de la vida hizo mucho teatro. Cuando algún día leas esto, si quieres me preguntas y te cuento. También en el weekend tuviste un “lunch date” con tus amigas organizado por tía Yani. Fueron a comer pizza tres amigas y tú (con chaperonas por supuesto) y aunque yo no participé de la salida, se ve que la pasaron súper.

Hoy mientras me vestía para ir al trabajo, me preguntaste para donde iba. Te contesté que a trabajar y me preguntaste que para qué me tenía que ir al trabajo. Te respondí que debía ir al trabajo porque es lo que hace la gente grande. No contenta con esta respuesta, me preguntas de nuevo: “pero, para qué papá, quédate aquí conmigo”. Te contesté que debía trabajar para poder hacer dinero y así poder darte todo lo que necesitabas para estar bien. Miraste a tu alrededor, luego a mí  y dijiste: “papá, yo ya tengo todo lo que necesito, así que te puedes quedar aquí conmigo.” Te amo hija. Gracias por hoy.


Wednesday, October 8, 2014

Oct. 8, 2014


Como me sigues mencionando lo de ir a acampar, decidí regalarte mi tolda vieja para que la uses en el patio con tu primo. Entre los dos nos dedicamos una tarde a personalizarla, haciendo de ella una verdadera obra de arte funcional. Ahora estas feliz porque tienes tu propia “tolda de gente grande.” Y hablando de edades y de “gente grande,” he observado también que cada día tienes una apreciación mayor por el significado del tiempo y de su paso, es decir, he notado que los engranajes de tu cabecita ya empiezan a tratar de atar cabos sobre lo que pasó en el pasado, lo que es hoy, y lo que vendrá en el futuro, aunque estas líneas de tiempo/espacio aún permanecen fuera de foco para ti.
Ésta mañana en camino a la escuela  me preguntaste si cuando yo era chiquito vivía con mamá en Panamá o en Puerto rico.  Te expliqué que ambos vivíamos en dos lugares diferentes y que no nos conocimos hasta mucho después. No quisiste dejar el tema ahí y me pediste que te contara cómo conocí a tu mamá, querías saber cada detalle y me interrumpías cada par de segundos a preguntarme cosas. Te conté que un día estaba en un salón de computadoras de la universidad y escuché la voz de una mujer cerca de mí (y tu gritabas entre afirmación y pregunta: era mamá!) con un acento muy lindo, el acento puertorriqueño. Al voltearme para ver de donde venía esa voz vi a una mujer hermosa sentada detrás de mí y le hablé… me interrumpiste para decirme “hermosa no papá, hermosisisisisimísima” (te da por usar estos adjetivos calificativos extensos ahora que ves el chavo del 8 en la tele, ya que el chavo los usa también). Y bueno, te terminé de contar una versión breve que terminó rápidamente con: nos casamos, nos mudamos a Miami y te tuvimos a ti. Ya habíamos llegado a la escuela así que, aunque tenías más preguntas, tuvimos que dejar la conversación ahí. Pero antes de entrar, me preguntaste si tú habías ido a la boda. Te dije que no, que naciste después de eso y me respondiste: “sabes, en la casa hay una película con la foto de mamá vestida de blanco, cuando llegue a la casa te la voy a enseñar.” Te dije que yo sabía y te expliqué que ese era el video de nuestra boda, de la boda que te acababa de contar yo en el carro. Entonces me dijiste que cuando llegaras a la casa íbamos a ver la “película” para ver el vestido hermosisimísimo de mamá.

Apenas llegaste a la casa corriste a mi cuarto para ver la película. Desde el momento en que empezó tenías miles de preguntas. Identificabas personas que conocías en la ceremonia y en la fiesta, lo cual te emocionaba mucho. Además me preguntabas quienes eran todas y cada una de las personas que estaban ahí que tu no conocías. Imagino que para ti debió ser un tanto surreal ver a tus padres en esto, en una época en la que tú aún no existías, en circunstancias ajenas a ti (me preguntaste si tú estabas dentro de la barriga de mamá y muchas veces me dijiste lo lindas que se veían tus abuelas y tu mamá). También debo admitir que fue una experiencia surreal para mí el recorrer nuevamente el momento que dio inicio al resto de mi vida y que ultimadamente te trajo a mí. Te acurrucaste conmigo en la cama y me dijiste “papá, cuando yo sea grande, me quiero casar contigo.” Te amo hija. Gracias por hoy.


Wednesday, October 1, 2014

Sep. 10, 2014

Mientras te aseguraba en tu silla del carro, antes de salir para una visita a al médico de las alergias, me miraste a los ojos y me dijiste “papá, yo te estaba esperando ayer en la escuela y tú no me viniste a buscar. La escuela se acabó y no llegaste así que me fui en el bus.” Mientras recogía mi corazón del piso luego de esta afirmación, traté de hacer memoria para descifrar por qué me dijiste esto, si habíamos quedado en que una vez tu abuela saliera de viaje, te ibas a ir y regresar en bus todos los días (menos los miércoles), noticia la cual te hizo muy feliz en su momento. Creo que lo que ocurrió fue que el lunes llovió tan pero tan fuerte que me sentí más tranquilo llevándote a ti y a tu primo a la escuela en la mañana, pero no pensé en recordarte que te regresarías en el bus así que supongo que te quedaste esperándome. Discúlpame princesa, no fue mi intención.

Tengo que felicitarte porque, durante todo el tiempo que esperamos por el doctor en su oficina te portaste muy bien, considerando que no tenía ni ipad ni libros para entretenerte y debiste haber estado muy aburrida (la pecera de la sala y las revistas solo me compraron un par de minutos de entretenimiento). Después de la visita al médico fuimos a la farmacia (aunque no haya que comprar medicinas, siempre pides ir a la farmacia) y mientras yo esperaba en fila para pagar, tu hiciste del lugar tu campo de juegos. Te probabas estetoscopios, te peinabas frente a un espejo de mano y jugabas al escondite, por suerte todo esto lo hacías a un volumen moderado y sin tumbar tanta mercancía de los anaqueles.
Hoy, debido al clima, no salimos de la casa así que jugamos toda la tarde a la casita y la cocinita y vimos capítulos de Dora la Exploradora, además de una cómica nueva para ti que al parecer te causó mucha gracia porque me has pedido varias veces que te la vuelva a poner (y que es el equivalente a dora en mis tiempos porque también te enseñaba a hablar español e inglés, a su manera): Speedy Gonzalez. Te amo hija. Gracias por hoy.



Oct. 1, 2014

Desde el día en que naciste pensé en plasmar por escrito la experiencia que sería la vida contigo, pero nunca lo hice hasta mucho después. Uno crece escuchando a sus padres y a padres ajenos decir constantemente que hay que aprovechar cuando los niños están chicos, porque el tiempo pasa muy rápido y en un abrir y cerrar de ojos ya se crecieron. En el 2010 esto aún me sonaba a cosas de viejo, hasta el día en que te conocí. Ahora hay tantas cosas que quisiera contarte de ti, de mí, de nosotros juntos cuando eras tan solo una bebé. De aquellos días en que por cosas de la vida dejé el trabajo para quedarme en casa contigo y tuve la oportunidad de ser testigo de tantas cosas maravillosas en tu crecimiento, tus primeros descubrimientos y de compartir contigo mi día a día, mis sueños y desaciertos como padre. Quisiera contarte de aquella vez que hicimos túneles por toda la sala con cajas de cartón y los recorrimos como laberintos, de las fotos que te tomaba tu mamá todos los meses con un traje diferente para ir viendo tu crecimiento poco a poco, de la vez que me vomitaste encima en la cocina y te quité ahí mismo la ropa para llevarte al baño sin ensuciar todo el piso cuando de pronto te orinaste también encima de mí,  poco antes de también hacerte caca en mi pecho (cómo me reí ese día, pero no en ese momento, sino después). Compartir contigo en casa esos meses de tu primer año fueron un regalo muy grande para mí, una oportunidad inigualable y espero poder contarte más sobre esto, sobre este tiempo de tú y yo, en el futuro. Pero, hoy, hace un año atrás, en un día como cualquier otro, me regalaste un momento que no pude evitar compartir con otros, así dándole génesis a las palabras que hoy lees. Aquél primer miércoles de octubre del 2013 en el que tanto me hiciste reír con tus ocurrencias, me dio finalmente el empuje que necesitaba para decidirme a hacerlo.

Como prueba de que los niños crecen muy rápido, no llevas ni dos semanas de tener 4 años y crees que ya eres un adulto. Te interesan mucho las actividades que obviamente no son para niños de tu edad y siempre estás pendiente de lo que hacemos mamá y papá para ver si tú quieres hacerlo también. Usar los zapatos de tu mamá, es para ti una aventura. Quieres acampar conmigo y me dices que quieres escalar montañas, también quieres ser veterinaria. Me causa gracia que constantemente te refieres a cosas que hacías antes empezando por decir primero: “cuando yo era chiquita…” Una noche, después de ponerte la pijama, te trepé encima de un mueble para poder tenerte a mi altura y así peinarte más fácilmente (aún te ríes de mí porque no sé peinarte como tu mamá y tu nana). Como quedamos casi a la misma altura me preguntaste: “cuándo yo voy a estar de este tamaño papá? Pronto?” Te dije que te faltaba mucho aún y me dijiste “ay no!” Al preguntarte por qué querías estar de ese tamaño, me respondiste que querías estar grande para poder manejar ya y no tener que ir en el car seat. Al menos aún no me mencionas nada sobre algún niño que te guste así que puedo respirar tranquilo por un tiempito más. Te amo hija. Gracias por hoy.


 

Wednesday, September 24, 2014

Sep. 24, 2014

Hace 4 años y un día, en una habitación frente al mar y bajo una tarde de lluvia, llegaste a nosotros para cambiar nuestra idea de lo que era vivir la vida. De repente ya no éramos solamente dos, sino un equipo de tres, eso fue evidente de inmediato. Lo que no fue evidente tan rápido fueron las reglas del juego que estábamos por comenzar. Con solo 4 años de ser papá, aun puedo decir que me falta mucha experiencia, pero contigo he aprendido tantas cosas, sobretodo de mí mismo, y sé que éste es un juego al que quiero seguir siempre jugando. Para celebrar tu cumpleaños como debe ser, debo contarte sobre ese motor que nos mueve, que marca nuestra pauta, que nos mantiene en línea recta y nos inspira a movernos siempre hacia adelante. Debo contarte sobre esa caja de sorpresas, el faro que nos alumbra y la alegría que nos alimenta: tu mamá. El amor de tu madre, la fuerza que nos da y las cosas que nos enseña (de esto entenderás mucho más cuando crezcas), hacen que todo sea posible. Así que en esta ocasión, al igual que en todos tus cumpleaños, además de celebrar tu nacimiento, celebramos a mamá, la que nos dio vida a los dos.




Ayer celebramos tu cumple primero en la escuelita con tus amiguitos y luego en la casa te cantamos feliz cumpleaños con la familia. Todo el tema era de Frozen, tu más reciente obsesión, incluyendo el cake con copos de nieve y muñequitos de la cómica, además de globos y una piñata de Elsa que llevamos a la escuela. Me sorprendió verte pegarle a la piñata, ya que nunca te ha agradado el asunto (y menos aun siendo Elsa la víctima de los golpes) pero esta vez sí lo disfrutaste, al igual que tus amiguitos en la escuela. La verdad es que la pasaste muy bien en tu cumpleaños y haberte visto tan feliz todo el día fue un perfecto regalo para tu mamá y para mí.

Lo primero que me preguntaste ésta mañana cuando me viste fue: “papá, hoy todavía tengo 4 años?” Si Valentina, te respondí. “Qué bueno, y hasta cuando voy a tener 4?” Te dije que en 364 días y eso pareció satisfacer tu curiosidad al respecto. Te amo hija. Gracias por hoy y por todos los días que me das.  

FOTO TOMADA DESDE EL CUARTO EN EL QUE NACISTE, EL DÍA EN QUE TE VIMOS LLEGAR

Wednesday, September 17, 2014

Sep. 17, 2014

Últimamente hemos comenzado una nueva tradición, la cual consiste en que te despiertas  cerca de las 6am y te cruzas para nuestro cuarto a seguir durmiendo. Puedo decir que se ha convertido en uno de mis momentos favoritos del día porque llegas y te acuestas muy cerquita mío y me pides “acurrucarte” conmigo. A esta hora usualmente ya tu mamá se ha ido, o está en proceso de irse al trabajo así que nos quedamos solo tú y yo hasta que me toca a mí levantarme para irme a trabajar. Hoy, sin embargo, tuve que despertarme antes que tú llegaras y salir a llevar mi carro al taller. Cuando regresé a casa, estabas molesta conmigo porque no pudiste acurrucarte en la cama con nadie y no querías bajar a desayunar conmigo hasta que finalmente pude convencerte.

Cada día te gustan más los libros. Aunque te leo en varias ocasiones, tu mamá ha hecho su misión el leerte desde que estabas en su barriga. Anoche ella te iba a leer un cuento, pero para mi sorpresa, la que nos leyó el cuento a tu mamá y a mí, fuiste tú. Los cuentos que ya te sabes nos los vas narrando tal y cómo recuerdas que te los han contado, y los libros más nuevos te los inventas. Me encanta que sientas ese aprecio por los libros que tenemos tu madre y yo. Mientras te leía yo un libro sobre piratas, me interrumpiste de repente para contarme tú misma una historia: “papá, te sabes el cuento de los piratas de Panamá?” sorprendido un poco por esta repentina pregunta te pregunté a ti, que a cuál cuento te referías, y procediste a contarme (en una condensada y concisa versión) la historia del ataque de Henry Morgan a la ciudad de Panamá la Vieja y su posterior destrucción por fuego. Es bueno saber que en la escuela te enseñan historia de este tipo, la verdad no me esperaba que hablaran de estas cosas con niños tan pequeños.

Me despido de ti por el momento, voy a descansar, ya que tu más reciente “juguete,” (un “tren” hecho a mano con cajetas de cartón, vagón incluido) requiere de mi esfuerzo para empujarte por toda la casa haciendo paradas frecuentes sólo para recoger en el camino a tus amigos elefantes para llevarlos a tu circo a tiempo para la siguiente función. Te amo hija. Gracias por hoy.



Wednesday, September 3, 2014

Sep. 3, 2014

Ésta semana ha sido recordatorio de lo mucho que ya has crecido y lo rápido que pasa el tiempo a los ojos de un padre. Te llevamos a tu cita de evaluación para entrar finalmente a pre-kinder con los “niños grandes.” Ya éstos serán tus últimos meses en maternal y parece mentira que ya dejas de ser nuestra bebé (bueno, al menos técnicamente). Tú estabas muy feliz de estar ahí en la escuela y actuabas como si mañana mismo empezaras las clases de pre-k. Otra razón de felicidad para ti (y todos los involucrados) es que por fortuna, te va a tocar ir a la misma escuela en donde hoy trabaja tu mamá así que mientras visitábamos la escuela, te llevé a ver el salón donde da clases mamá y, en silencio, la espiamos un ratito por la ventana de la puerta hasta que se dio cuenta que estábamos ahí porque los niños del salón te comenzaron a señalar.

También ésta semana hemos estado planeando tu celebración de cumpleaños, el cual ya se aproxima, y aún nos es difícil creer que ya vas a cumplir 4 años. A veces, me siento que creces más rápido de lo que se expanden mis habilidades de ser papá y siento que estoy en una carrera perpetua para aprender cómo manejar cada situación, cómo responder a todas tus preguntas (que cada día son más) y cómo darte el mejor ejemplo que pueda. Por mis padres sé que es una carrera que no termina jamás, pero una en la que siempre se gana.

Hoy te debía una ida al parque Omar porque ya habían pasado muchas semanas en que no lo visitábamos. Así que estabas muy contenta cuando me pediste ir y te dije que sí al recogerte en la escuela. Cuando llegamos al parque me pediste que te cargara hasta donde están los juegos de los niños. Todo el que ha ido al parque Omar sabe que la caminata de los estacionamientos a los juegos es algo considerable, más aún, cargando a alguien, así que para convencerte de que fueras utilizando tu propio poder de propulsión bípedo, convertí la ida al parque en una carrera. Funcionó, ibas muerta de la risa tratando de alcanzarme hasta los juegos, pero bueno, me tocó correr hasta allá contigo así que igual no fue tan sencillo tu traslado hasta los juegos. Te amo hija. Gracias por hoy.