Wednesday, May 27, 2015

May. 27, 2015


Creo que esta semana será tu última en clase de fútbol. Tajantemente nos informaste que la clase no te gusta y que lo que quieres es ir a gimnasia, así que no te llevaremos más. Mientras la mayoría de los otros niños practicaban lo que les pedía el profesor, tú escalabas la cerca de la cancha o hacías volteretas en la grama, así que es evidente que tu interés no radica en éste deporte. Ayer después de la clase, nos tocó llevar a tu amiga Daniella a su casa así que aprovechaste para quedarte un rato jugando con ella antes de irnos a casa. Decidieron hacer una banda de rock y me invitaron a tocar con ustedes la percusión. Solo podía pensar en los pobres vecinos (y las nanas) que tuvieron que aguantar semejante algarabía, pero tanto tú como Daniella se tomaron la labor en serio, dándome indicaciones de qué ritmo debía llevar con el tambor, cuándo tocar y cuándo no.

El domingo, mamá te llevó a ver una obra de teatro que se llama “La Reina de las Nieves.” Mamá te contó que la actriz principal (la Reina) había sido mi compañera de escuela y apenas llegaste a casa viniste a preguntarme: “Papá, tu estuviste en la escuela con la Reina de las Nieves?” “y usaba el mismo traje para ir a la escuela?” Te explicamos que no, que “La Reina” es el personaje que hacia mi amiga y que ella solo estaba usando un disfraz para la obra de teatro. “Y era muy mala contigo?” “No mi amor, ella es una persona muy buena, pero está haciéndose pasar por la reina que es un poco mala”, te conté.  Un día de estos te la voy a presentar para que veas que no es mala.

Desde que nos mudamos has querido ayudar haciendo de todo, pero lo que más te llama la atención es usar la cinta métrica. Hoy estuvimos poniendo unos cuadros en la pared y tú querías ser la que medía todo. En una ocasión me pediste que te midiera a ti así que te puse la cinta a los pies y la estiré hasta que llegara a tu cabecita. Te dije que medías 3 pies y 5 pulgadas y empezaste a gritar emocionada “ya soy grande, ya soy grande.” Te amo hija. Gracias por hoy.


Tuesday, May 26, 2015

May. 20, 2015


Al fin nos mudamos! Mamá te pasó a recoger después del trabajo para llevarte a nuestro nuevo apartamento y tú lloraste casi todo el camino hasta la casa. Los cambios nunca son fáciles para nadie y me imagino que a tu edad esta es una transformación épica, la cuál te saca completamente del entorno al que has estado acostumbrada desde que tienes memoria. En el carro hasta le pedías a mamá que te llevara donde Abi y Abu en puerto rico; imagino que en tu mente solo buscabas llegar a un lugar que ya conocías para no sentirte tan extraña. Afortunadamente, te has acostumbrado muy rápido, aprendiendo a aprovechar las cosas nuevas que ahora puedes disfrutar como tu propio parque y varias piscinas en donde nadar. También extrañas mucho a tu primo, con el cual creciste como un hermano, y ahora sé que te aburres con más facilidad porque no estas acostumbrada a estar sola. Pero, esa situación sé que cambiará pronto con la pronta llegada de tu hermano, Lorenzo Domingo.

Me pediste el otro día que te llevara a estrenar la piscina del edificio y antes de bajar, curiosamente, me preguntaste si ibas a bajar solo con tu traje de baño y no con más ropa. Te dije que sólo con el traje porque estábamos muy cerquita de la piscina. Cuando llegamos abajo, me di cuenta cuál era tu preocupación. No querías que otros hombres te vieran en tu vestido de baño, te daba pena! No sé cuándo ni cómo, pero de repente un día empezaste a sentir pena y yo acá que pensaba que este tipo de cosas irían ocurriendo cuando ya tuvieras más edad. No quisiste meterte entonces en la piscina y me senté contigo afuera a hablarte al respecto. Te dije que las personas compartían esos espacios y que eran de todos en el edificio y que no podías tener la piscina para ti solita. “pero no quiero que me vean los señores papá,” me decías, así que esperamos los dos juntitos hasta que los dos muchachos  que estaban en la piscina se fueron y te metiste conmigo.

Hoy no estoy contigo pues me fui en un corto viajecito, pero antes de irme me invitaste a tu cuarto a ver tu tolda nueva de acampar (la cual yo había armado en tu cuarto nuevo) y me dijiste: “papi, te presto mi tolda para que duermas en la montaña.” Te amo hija. Gracias por hoy.


May. 13, 2015


Desde que estabas en la barriga de tu mamá, ella te ha leído todo tipo de cuentos. Aun con la influencia de la tele y tu ipad (en donde por alguna razón estás obsesionada con Mr. Bean. En serio… Mr. Bean? No sé de donde sacas eso) son muchas las ocasiones en que prefieres los libros, y los cuentos son parte esencial de tu rutina para dormir. Ahora, además de que te lean, te encanta a ti inventar cuentos para echar. Todo el tiempo quieres contar cuentos y tu primo Santi es una de tus víctimas preferidas para tus inventos. El otro día mientas venía en el carro con ustedes dos, le contabas a Santi sobre las hadas. Él te hacía preguntas al respecto y tú elaborabas con lujo de detalles cada respuesta. Le contabas sobre cómo eran las casas de las hadas con techos de hojas y ventanas pequeñas porque las hadas son, en efecto, pequeñas también. Veo en ti mucho de tu abuela Abi, en el cuidado que pones al enseñar y al asegurarte que las preguntas de Santi quedaran completamente resueltas, hasta ayudándolo a deletrear palabras difíciles: “Santi, sabes decir pequeño? Dices así, PE-QUE-ÑO, a ver repite conmigo.”

Hoy llegaste a casa de la escuela y te pregunté si me acompañabas a Do-It center y me respondiste con una gran sonrisa: “DO-IT CENTER!! SIIIIII!.” así que fuimos para allá a conseguir algunas cosas que yo necesitaba. Hoy sí que aprovechamos para hacer de todo! Hasta te dejaron montarte en un tractor de esos que se usan para cortar la hierba e hiciste ejercicios “como papá en el gimnasio,” pidiéndome que te enseñara como se usaba el equipo de ejercicios que tenían de muestra. Jugamos fulbito, nos probamos sombreros y probamos si ya estabas suficientemente alta para una bicicleta de “niña grande” que tenían ahí. Ah! También aprovechamos para comprar las cosas por las que habíamos ido al sitio originalmente. Entre las cosas que compré, conseguí un avión de madera balsa para ti, para que lo hiciéramos volar en casa, así que cuando llegamos lo armamos y tú mirabas fascinada como estos pedacitos de madera se habían armado juntos para hacer un avión que volaba de verdad. Practicamos un buen par de veces hasta que al fin pudiste tirarlo tú solita haciéndolo volar.  Te amo hija. Gracias por hoy.


May. 6, 2015


Esta mañana en camino a la escuela, te cantaba una canción mientras la escuchábamos en la radio. Al terminar, me pediste que te cantara esa “canción bonita” de nuevo, así que seguí: “Beautiful, Beautiful, Beautiful. Beautiful girl,” (en mi versión de la canción de Lennon) mientras volvía a pensar en que ojala nunca dudes, con la llegada de tu hermanito, de este amor tan grande que siento por ti. Ojala nunca te sientas menos especial. Vienen épocas de grandes cambios para ti y solo pienso en poder tener la sabiduría para darte el apoyo y el cariño que necesitas. Ya pronto nos mudamos a nuestro nuevo apartamento, nacerá tu hermanito y de la noche a la mañana, serás Hermana mayor, un trabajo que te cambiara la vida. La mudanza significa también alejarte de Santi, y quizá, esa sea la parte más difícil para ti. Sé que también será difícil para tu abuela, quien te ha tenido en casa estos últimos años.

Esta semana fui a tu escuela como “mystery reader,” y te sorprendí en el salón para leerle a tu clase un libro. Escogí leerles el Lorax, y como es bastante largo, decidí editarlo un poco para hacerlo más rápido, pero sin perder la esencia del cuento. A todos les encanto el cuento, sin embargo, esta experiencia me enseño 2 lecciones sobre ser el mystery reader: 1. Si vas a leer un libro popular que la mayoría de niños conoce, léelo al pie de la letra. Ustedes, los niños, saben cuándo cambia algo. Tú te la pasaste diciendo que me hacían falta partes y entonces me hacías pausa para contarle a los niños lo que hacía falta (aunque ellos ya sabían también). 2. Escoge un libro no tan popular, que poca gente conozca, o que este hasta en otro idioma. Cada niño se sabe su cuento, tal como se lo cuentan a el\ella y así evitas que te pidan que lo leas como x o y persona. Tú, por supuesto, querías en un momento dado que te leyera como mama.

 Hoy te llevamos a probar una clase de gimnasia. De todas las actividades extracurriculares que has hecho, esta es en la que más feliz te he visto. Se notaba lo tanto que disfrutabas la clase porque hacías caso a cada cosa que te decían y con una sonrisa en la boca. Desde lejos, te mirábamos mama y yo, esperando el momento justo después que terminaras cada maniobra, en el cual buscabas inmediatamente nuestras miradas para saber que te habíamos visto hacerla. Te amo hija. Gracias por hoy.