Tuesday, May 26, 2015

May. 20, 2015


Al fin nos mudamos! Mamá te pasó a recoger después del trabajo para llevarte a nuestro nuevo apartamento y tú lloraste casi todo el camino hasta la casa. Los cambios nunca son fáciles para nadie y me imagino que a tu edad esta es una transformación épica, la cuál te saca completamente del entorno al que has estado acostumbrada desde que tienes memoria. En el carro hasta le pedías a mamá que te llevara donde Abi y Abu en puerto rico; imagino que en tu mente solo buscabas llegar a un lugar que ya conocías para no sentirte tan extraña. Afortunadamente, te has acostumbrado muy rápido, aprendiendo a aprovechar las cosas nuevas que ahora puedes disfrutar como tu propio parque y varias piscinas en donde nadar. También extrañas mucho a tu primo, con el cual creciste como un hermano, y ahora sé que te aburres con más facilidad porque no estas acostumbrada a estar sola. Pero, esa situación sé que cambiará pronto con la pronta llegada de tu hermano, Lorenzo Domingo.

Me pediste el otro día que te llevara a estrenar la piscina del edificio y antes de bajar, curiosamente, me preguntaste si ibas a bajar solo con tu traje de baño y no con más ropa. Te dije que sólo con el traje porque estábamos muy cerquita de la piscina. Cuando llegamos abajo, me di cuenta cuál era tu preocupación. No querías que otros hombres te vieran en tu vestido de baño, te daba pena! No sé cuándo ni cómo, pero de repente un día empezaste a sentir pena y yo acá que pensaba que este tipo de cosas irían ocurriendo cuando ya tuvieras más edad. No quisiste meterte entonces en la piscina y me senté contigo afuera a hablarte al respecto. Te dije que las personas compartían esos espacios y que eran de todos en el edificio y que no podías tener la piscina para ti solita. “pero no quiero que me vean los señores papá,” me decías, así que esperamos los dos juntitos hasta que los dos muchachos  que estaban en la piscina se fueron y te metiste conmigo.

Hoy no estoy contigo pues me fui en un corto viajecito, pero antes de irme me invitaste a tu cuarto a ver tu tolda nueva de acampar (la cual yo había armado en tu cuarto nuevo) y me dijiste: “papi, te presto mi tolda para que duermas en la montaña.” Te amo hija. Gracias por hoy.


No comments:

Post a Comment