Te gusta un niño de tu escuela.
TERROR. Como padre de una hija, me he hecho experto en un corto tiempo en el
arte de la negación. Yo supe siempre, como persona racional, que en algún
momento estos temas serían parte del día a día de criarte, pero qué fácil es
vivir en denial de que eso va a pasar y de repente, sin aviso, a los 5 años ya
son los “boys” un factor adicional en la trama de nuestra pequeña gran
historia.
Hoy fue un día especial para ti
por dos razones! La primera, es que la maestra de ballet te dijo que ya
estabas lista para pasar a la siguiente clase con las niñas mas grandes. Al
principio creo que te dio un poco de pánico y decías que no querías ir a esa
clase. Incluso hoy me decías que por favor te llevara a la clase de las 4, la
que ya conocías. Pero una vez estabas dentro de ese estudio comenzaste a tomar
confianza y decidiste que ese era el lugar para ti. La segunda razón es que al
fin se cayó el diente que nunca se cae!
Finalmente,
luego de semanas de estar al borde de la caída, Esther logro convencerte para
amarrar un hilo al diente y sacarlo. Lloraste. Más del susto que del dolor, me
cuentan, ya que yo no estaba en el momento. Pero de inmediato estabas feliz,
mostrando el nuevo espacio entre tus dientes a quien se te parara en frente. Habíamos
hablado de dejarle queso al ratón, pero tu también querías dejar galletas y
leche (y spaghetti con carne, a lo que tu mamá pronunció un rotundo no), como a
Santa. En fin, todo iba de maravilla hasta que se perdió el diente. Justo antes
de dormir, al preparar todo para el ratón, te diste cuenta que el diente había
desaparecido. Lo sacaste de su cajita para “limpiarlo” y de ahí no supimos mas
nada de él. TRAGEDIA. Hubo llanto, hubo tristeza, ira y resignación por unos 15
minutos hasta que logramos convencerte de que igual vendrían a visitarte esta
noche (tanto el ratón como el hada. Mamá nos dijo a los dos que vendría un hada
también). Para convencerte fue necesario responder interminables preguntas como
“por donde entran?” Usan el elevador?” “Como saben que se me cayó el diente?” Y
así nos fuimos un rato hasta que decidiste tú misma, hacerle un mapa a ambos
para que encontraran el apartamento sin problema. Te amo hija. Gracias por hoy.
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