Esta mañana estabas de muy buen humor (creo que es
directamente proporcional a la hora en que te acuestas a dormir la noche
anterior), aun así a veces es un poco complicado ponerte tu uniforme! Hace unos
días vi a una amiga describir el vestir a su hija en las mañanas como tratar de
ponerle ropa a un spaghetti, y no puedo estar más de acuerdo con ella. A veces
cooperas, a veces no. Hoy fue una mañana de no. Sin embargo, te comiste todo tu
desayuno y te fuiste cantando Bob Marley todo el camino hasta la escuela (3
little birds, tu canción favorita del momento). Me di cuenta que para ti,
cualquier música reggae es Bob Marley, aunque no lo sea, pero hija, este es un
buen comienzo musical para ti (en lo que a papá respecta, claro). Otro buen
comienzo (según tu yo), es que fuiste introducida a Star Wars en uno de los
cumpleaños a los que fuiste este fin de semana. Parece haberte gustado porque
ya estas imitando batallas intergalácticas con un light saber y la máscara de
la Princesa Leia alrededor de la casa.
No te pude llevar al parque que querías, por cuestión de
tiempo (el que te gusta es el parque Omar, por la razón obvia de que es enorme
y cuenta con cantidad ilimitada de juegos), pero te llevé a un parque pequeño
cerca de casa. Para tu sorpresa, el parque fue recién remodelado y te diste
cuenta enseguida! Estabas tan emocionada que se te olvidó “el parque cerca de
la escuela,” como le llamas al Parque Omar.
El otro día en camino a casa, sentí un enorme antojo de
comer un donut, así que paré en el primer dunkin donuts que vi y me compré uno
para disfrutar mi snack decadente frente al televisor. No sabías lo que era, no
sabías que sabor tenía, nunca habías visto uno, pero apenas le pusiste los ojos
encima lo querías para ti. “papi, yo también quiero,” me dices, mientras me
miras con esos enormes ojos que tienes, tus pestañas batiendo como mariposas y
enamorándome como suelen hacerlo. Vencido por tu truco, te di el donut, el cual
procediste a lamer para quitarle toda la azúcar del glaceado que tenía y cuando
se acabó, simplemente me devolviste el pan redondo, ya empapado, sin sabor y
sin vida. Te amo hija. Gracias por hoy.
No comments:
Post a Comment