Wednesday, June 4, 2014

Jun. 4, 2014

Estás de vacaciones y llena de energía! Se hace evidente el efecto desgastante que tiene la escuela en ti, pero solo cuando NO vas a la escuela. Todo lo quieres hacer y además, lo quieres hacer a mil por hora. Anoche, durante una cena celebrando el cumpleaños de tu abuelo, tú y tu primo corrían como locos alrededor de la mesa, gritando y peleando con palitos chinos, habiendo poco que pudiéramos hacer para controlarlos (por suerte estábamos todos en un salón reservado lejos de todo y todos). Por supuesto, ahora que estás de vacaciones te quieres levantar a las 9am, y el resultado es que a las 9pm aun tienes las baterías cargadas.

Hace unos días atrás me pediste que te llevara al parque: “Papá, qué opinas si vamos al parque ahora?” Yo opino que no, Valentina, porque me parece que va a llover duro, te respondí. “Ay, tu opinas eso porque eres viejo.” Nada como tu hija de (casi) 4 años para hacerte sentir joven y lleno de vida! Hoy, al fin pudimos ir al parque después de un tiempo sin ir y me dijiste: “ya estaba preocupada porque van varios días que no me llevabas al parque.” Hija, no estás tú muy pequeña aún para llevar la cuenta de las cosas que hacemos o no, pensé yo para mis adentros. Gracias por darme una lección más en paternidad y recordarme el impacto que el ejemplo y las acciones de un padre tiene en sus hijos, por más minúsculas que sean.
Te me creces a pasos agigantados, y estás pendiente a cosas que no me esperaba le interesaran a una niña de tu edad. Siempre he pensado que las mujeres, en general, son más intuitivas y observadoras que los hombres, y creo que ahora soy testigo de ésta hipótesis en su formación.  Anoche, tu mamá y yo te vestíamos juntos porque estábamos apurados para irnos, y mientras ella te peinaba y yo trataba de ponerte los pantalones mientras te agarraba la cintura para que te quedaras quieta y te pudiéramos poner también la camisa, le comenté a tu madre: “Que risa, ahora solo falta que vengan  volando unos pajaritos a traerle los zapatos para ayudarla a vestirse, como en sus cómicas.” A lo que respondiste: “Papá, que loco! Cómo se te ocurre que los pajaritos van a traerme zapatos!” Te amo hija. Gracias por hoy.


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