
Pensaría alguien que después de tanto juego y actividad
física diaria terminarías rendida al final del día, pero es todo lo contrario!
No se te acaban las baterías. En una ocasión, tu mama te pidió que dejarás de
jugar un rato y vinieras donde ella para comer y como tú no querías quedarte
allí quieta, le dijiste que sólo ibas a darme un abrazo a mí, que estaba en
otro lado. Aprovechando la bondad (e ingenuidad) de tu mama, fuiste donde mí,
pero sin ninguna intención de regresar. Me saludaste y luego te diste a la fuga
soltando una carcajada. Te amo hija. Gracias por hoy.
No comments:
Post a Comment