Esta mañana te diste cuenta de que mamá no había ido a
trabajar porque estaba enferma y no querías ir a la escuela para quedarte en
casa cuidándola. Te le tirabas encima y la acariciabas diciéndole que tu la
ibas a cuidar, mientras yo trataba de arrancarte de su lado para vestirte.
Después de muchos intentos logramos convencerte de irnos para la escuela,
argumentando que mamá aún estaría en casa a tu regreso. En el camino venía
escuchando las noticias de la radio y me preguntaste en tono desaprobatorio
"no es mejor escuchar música papá?" Pues sí, tenías toda la razón,
así que escuchamos música el resto del camino.
Me encanta tener
estas oportunidades de jugar contigo. De jugar afuera, correr, armar, trepar,
explorar, lejos de la TV, teléfonos y demás tecnología porque siento que me
ayuda a conocerte mejor y además, creo que a todos nos hace bien el estar
afuera y usar la imaginación. Por eso en días como hoy, aprovecho cada
oportunidad que tengo de estar afuera contigo y de complacerte con tus parques
que tanto te gustan. Recuerdo el miedo que alguna vez le tuviste a la
bicicleta, el cual creo que era más una expresión de frustración sobre no poder
utilizarla (cuando te la regalé ni siquiera llegabas a tocar el piso con los
pies). Pero ahora todo es VELOCIDAD! Lo que más te gusta es andar rápido en tu
bicicleta, el único problema es que no sabes frenar! Tu frenado, para mi
terror, es dirigirte directamente hacia la pared u obstáculo más cercano y
estrellarte contra el para parar. Te amo hija. Gracias por hoy.
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