Sin embargo, esta
tarde cuando te recogí en la escuela lo primero que me dijiste fue que ya no
querías cortarte el pelo y que querías hacer otra cosa. Te dije que los dos ya
le habíamos prometido a mamá que íbamos a llevarte al salón de belleza así que
teníamos que ir para que estuvieras lista para mañana. No hicimos más que
llegar al lugar y rompiste en llanto sin querer bajarte del carro. Traté de
convencerte con promesas de juguito de uva y un caramelo pero nada, así que
igual te saqué del carro así, y con llanto de protesta entramos al lugar. No te
querías sentar en ninguna de las sillas de niño así que me tuve que sentar yo
en una de las sillas más grandes, con bata y todo puesta, para que tu fueras
sentada encima de mí mientras la señora te cortaba el pelo. La verdad es que
una vez nos sentamos los dos juntos ya no lloraste más y dejaste que te
hicieran todo lo que vinimos a hacer. Resulta que la señora que te cortó hoy el
pelo me cortaba el pelo a mí cuando yo era un pelaito y ella estaba tan
orgullosa de cortártelo a ti también que lo hizo con mucha paciencia y cariño. Lo
más curioso es que luego del llanto y la protesta, después del corte ya no te
querías ir del salón de belleza así que fuiste a jugar con los juguetes que
tienen ahí para los niños y hasta terminamos los dos pintando un libro de
princesas por un rato. Te amo hija. Gracias por hoy.
Wednesday, August 20, 2014
Ago. 20, 2014
Mañana te toman
las fotos de tu último año en la escuelita maternal, así que ya con tu diente
arreglado estás casi lista para la sesión. Y digo casi, porque al igual que tu
mamá, tú piensas que te hacía falta un corte de pelo antes de las fotos. Hoy
que le tocaba a Santi tomarse las fotos, tu abuela aprovechó que lo llevó a la
escuela y te buscó en tu salón para que se tomaran unas ustedes dos juntos con
los uniformes de la escuela, pero tú no quisiste ir con ella, alegando que no
podías salir en fotos hasta que te cortaras el pelo.
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