Wednesday, August 20, 2014

Ago. 20, 2014

Mañana te toman las fotos de tu último año en la escuelita maternal, así que ya con tu diente arreglado estás casi lista para la sesión. Y digo casi, porque al igual que tu mamá, tú piensas que te hacía falta un corte de pelo antes de las fotos. Hoy que le tocaba a Santi tomarse las fotos, tu abuela aprovechó que lo llevó a la escuela y te buscó en tu salón para que se tomaran unas ustedes dos juntos con los uniformes de la escuela, pero tú no quisiste ir con ella, alegando que no podías salir en fotos hasta que te cortaras el pelo.

Sin embargo, esta tarde cuando te recogí en la escuela lo primero que me dijiste fue que ya no querías cortarte el pelo y que querías hacer otra cosa. Te dije que los dos ya le habíamos prometido a mamá que íbamos a llevarte al salón de belleza así que teníamos que ir para que estuvieras lista para mañana. No hicimos más que llegar al lugar y rompiste en llanto sin querer bajarte del carro. Traté de convencerte con promesas de juguito de uva y un caramelo pero nada, así que igual te saqué del carro así, y con llanto de protesta entramos al lugar. No te querías sentar en ninguna de las sillas de niño así que me tuve que sentar yo en una de las sillas más grandes, con bata y todo puesta, para que tu fueras sentada encima de mí mientras la señora te cortaba el pelo. La verdad es que una vez nos sentamos los dos juntos ya no lloraste más y dejaste que te hicieran todo lo que vinimos a hacer. Resulta que la señora que te cortó hoy el pelo me cortaba el pelo a mí cuando yo era un pelaito y ella estaba tan orgullosa de cortártelo a ti también que lo hizo con mucha paciencia y cariño. Lo más curioso es que luego del llanto y la protesta, después del corte ya no te querías ir del salón de belleza así que fuiste a jugar con los juguetes que tienen ahí para los niños y hasta terminamos los dos pintando un libro de princesas por un rato. Te amo hija. Gracias por hoy.


 

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