Este fin de semana fue la boda de mi primo Juan y nos fuimos
todos a El Valle para celebrar y pasar un rato con toda la familia. Hace meses
nos habían pedido el favor de que caminaras en la ceremonia junto a tu primo
Santi, con un hermoso vestido blanco hecho para la ocasión. Tú estabas muy
emocionada con el vestido y una corona de flores que debías llevar puesta
también, hasta el momento en que inició la ceremonia y algo cambió. Lloraste
prácticamente desde la puerta de la iglesia hasta el Altar. Mi teoría es que
fue por mero cansancio porque estuviste corriendo y jugando desde temprano en
la mañana y nunca fuiste a descansar, lo cierto es que realmente no lo sé. Lo
que sí sé es que la pasaste muy bien en la fiesta porque fue en un hermoso
espacio abierto donde corriste sin parar y hasta terminaste deslizándote en las
lomas de grama usando tu traje como tobogán.
A tu padrino se le ocurrió la gran idea de enterrar “huesos
prehistóricos” una mañana, en un sendero cerca de nuestro hotel, para que luego
Santi y tú pudieran ir a escavar y descubrir los fósiles. Nos fuimos todos
entonces a buscar fósiles con ustedes y echar una caminadita por el bosque.
También aprovechamos para visitar un zoológico y jardín botánico con tus primas
a quienes adoras. Como si fuera poca tanta actividad, tu vida social nos sigue
hasta afuera de la ciudad y te encontraste con tu amiguita de la escuela, Inés,
quién me pidió que te llevara a su casa para jugar un rato, así que dejamos a
mamá en el salón de belleza y nos fuimos a visitarla.
Esta tarde te pasé a buscar a la escuela y estabas tan
feliz! Se nota que la estás pasando muy bien en tu nueva escuela y eso me hace
inmensamente feliz. En unas horas tenías tu clase de natación, pero antes
íbamos a casa a comer y me pediste que antes de la clase viéramos una película
juntos. Tu película favorita del momento se llama “Enchanted,” y es la que
querías ver conmigo. En la película sale una princesa que está perdida en New
York y que usa un canto especial para llamar a sus amigos animales cuando
necesita de su ayuda. Cada vez que ella la canta, vuelan los pajaritos (y otros
animales) rápidamente adonde está la princesa. El fin de semana, mientras
caminábamos por el bosque cantabas esa melodía sin parar, y frustrada, nos
dijiste a mamá y a mí: “por qué no vienen los pajaritos donde mí, si yo canto
bien la canción?” Te amo hija. Gracias por hoy.
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