Wednesday, August 19, 2015

Ago. 19, 2015

Hoy te pasé a recoger al colegio caminando pues había dejado el carro en otro lugar que estaba cerca y esto te causó mucha risa. Me acompañaste caminando varias cuadras y aunque pensaba que te ibas a quejar por la caminata y el calor, fue todo lo contrario, querías hacer carrera conmigo y enseñarme cuándo era el momento más seguro para cruzar las calles. Ya en el carro, dormiste todo el camino hasta la casa, completamente rendida, pero cuando te despertaste tuviste un tipo de inyección de energía y en casa querías hacer de todo.

“Papá se va para el trabajo, tú le estás dando de comer a Lorenzo, Esther está cocinando, y entonces quién juega conmigo? Yo no puedo hacer nada!” Estas fueron tus palabras hacia mamá cuando yo estaba por cruzar la puerta para irme esta tarde al trabajo. No importa cuántas atenciones te brindemos o cuantas cosas se nos ocurran para entretenerte, inevitablemente llega algún momento, como hoy, en el cual tu hermano ocupa la mayoría de nuestra atención y es posible que lo resientas. Trato muchas veces de incluirte cuando lo baño, o lo cambio o lo peino para que te sientas parte del proceso, pero también mereces tiempo para ti, de papá y mamá, sin involucrar a tu hermano. Eso no lo puedes entender ahora, pero poco a poco, a medida que va creciendo Lorenzo, no necesitará de tanta atención y cada uno tendrá su lugar bien establecido en nuestro hogar.


En el fin de semana trato de levantarme temprano para estar contigo toda la mañana haciéndote compañía y a la vez evitando que despiertes a tu mami y al bebé, a quienes les encanta (y necesitan) dormir especialmente en esas horas de 7 a 9 de la mañana. Este sábado me ayudaste otra vez a cocinar e hicimos tostadas francesas rellenas para sorprender a mamá. Tu parte favorita es romper los huevos y batirlos, y aunque aún no eres una experta, cada vez lo haces mejor. Este fin de semana también fuimos de paseo al BioMuseo porque tenías mucho tiempo de estar diciendo que querías volver. Tu hermano durmió todo el tiempo que estuvimos ahí y me imagino que te sentiste como hija única de nuevo. Pronto llegarás a una edad en la que entiendas que el amor se puede repartir, pero mientras ese momento llega, te prometo siempre darte tu lugar y de mi tiempo; tú siempre serás mi princesa. Te amo hoja. Gracias por hoy.  



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