Monday, February 16, 2015

Feb. 11, 2015


“Ustedes eran jóvenes antes de tenerme a mí?” nos preguntaste sorpresivamente a los dos mientras jugábamos en la piscina, a lo cual tu mamá respondió con otra pregunta: “y ahora que somos?” “ahora son papás,” contestaste muy segura de ti misma, como si lo que te hubiera preguntado tu mamá tenía una respuesta tan obvia que todos deberíamos saberla (al menos no nos dijiste que éramos unos viejos!).

Esta semana fuimos a la playa, al rio y a la piscina. Ya estas encontrándote más a gusto en el agua, cada vez atreviéndote más a hacer cosas que antes te daban miedo o te hacían sentir incómoda como lo era bucear completamente sumergida bajo el agua. Ya hoy en la piscina te la querías pasar prácticamente que debajo del agua solamente, hundiéndote hasta tocar el fondo e impulsándote lo más rápido posible con los pies para llegar hasta la superficie. Entre otras cosas, también agarraste tu primera ola en una tabla de surf y, aunque no te paraste aún, te fuiste acostada encima de la tabla gritando de la emoción un buen par de metros mientras yo corría detrás para asegurarme de estar cerca en caso de que te revolcaras con la ola y te diera miedo. Aunque fue obvio que lo disfrutaste y que no te asustaste (saliste diciendo: “mamá, eso estuvo muy cool”) creo que una vez fue suficiente adrenalina para ti porque ya no quisiste hacerlo de nuevo en ese momento.

Hoy mientras te veía en tu clase de natación me llenaba de orgullo ver que hacías todo lo que habíamos practicado nosotros contigo entre clases. Hay algo especial que te llena como padre en esos momentos en que tu hijo/a llama tu nombre para asegurarse de que lo estás viendo hacer algo importante, algo que te hace feliz de que esa personita busque tu aprobación y desee compartir lo que en eso momento es tan importante en su vida. Así me hacías sentir hoy que llamabas mi nombre para asegurarte que te veía usar tus brazos al nadar o que te tirabas de clavado desde el borde de la piscina (aunque tu clavado parece todo menos un “clavado” por ahora), pero lo que más me hace feliz es mirar tu propia reacción, tu propia cara de orgullo cuando te sale algo que has estado intentando hacer por mucho tiempo y al fin te sale, aunque ni tu misma te des cuenta que te estaba observando. Te amo hija. Gracias por hoy.


No comments:

Post a Comment