Tus dos semanas en el curso de verano nos han demostrado que
estas más que lista para iniciar pre-kinder. Además de los comentarios
positivos de tus teachers, mamá tiene la oportunidad de espiarte de vez en
cuando por la ventanita del salón para ver que tal te portas. Cualquier duda
que pude haber tenido de que si estabas lista o no para encarar esta nueva
etapa, se disipa cada vez que te escucho hablar, y es que quedo sorprendido con
tu creciente vocabulario y cómo tu imaginación comienza a ser cada vez más
detallada.
El otro día te molestaste conmigo porque no pude evitar
reirme al verte frustrada tratando de guiñar un ojo y no poder hacerlo. Al
parecer, te es más fácil guiñar el derecho, pero al tratar con el izquierdo
terminas cerrando ambos ojitos y eso te da rabia. Silbar es otra de las cosas
que aún no puedes hacer y que te frustra, aunque he tratado de enseñarte varias
veces pero aun pareces no estar lista para eso.
Volviendo a tu imaginación, ayer jugabas con tu mamá al
salón de belleza en el cual tú eras la dueña del establecimiento y tu mamá, la
clienta. El intercambio entre ustedes me pareció tan gracioso que lo transcribo
textualmente: “Buenos días señora! Qué le gustaría que le hiciera, una
trenza?” a lo que tu mamá respondió: “Si, una trenza como la de Elsa en Frozen.”
Mientras tú la comenzabas a peinar, le comentabas: “Muy bien, le voy a contar
de mí. Yo me llamo Anabel. Soy de Egipto pero vivo en Panamá. Tengo dos hijas
que se llaman Ana Lucia y Paola. Ellas se portan mal a veces pero yo no me
enojo. Ahora, cuénteme de usted, tiene hijos?” Mamá te respondió que sí, que
tenía una hija de 4 años y que se llamaba Valentina, entonces tu soltaste una
carcajada y le dijiste “pero mamá, esa soy yo! Invéntate otra hija.” Te amo
hija. Gracias por hoy.
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