Ya aprendiste a usar facetime. Y te encanta, pero por alguna
razón, tú le dices Skype. Entiendes cómo buscar la persona a quien quieres
llamar, entiendes que es cómo un teléfono pero que además puedes ver a la
persona, pero lo que aún no logras entender es que las personas del otro lado
de la línea a veces no pueden contestar cuando las llamas y eso te molesta. A
veces tratas de llamarme al trabajo, muchas veces no lo escucho o no puedo
contestar y me dice mamá que te enojas y sigues insistiendo hasta que yo te
conteste, o ella te quite el teléfono. Esto me causaba gracia hasta que me
dijiste que estabas preocupada porque yo no te contestaba… desde entonces me
causa estrés cuando no puedo contestarte.
Es oficial, todo lo absorbes (hasta lo que no entiendes) y a
veces esperas el momento menos indicado para demostrarnos algo que aprendiste,
diciendo cosas frente a la gente. Ya estamos completamente anuentes de que
debemos tener especial cuidado cuando hablamos frente a ti (sobre todo yo, que
sé que cuento con un muy colorido vocabulario) para que no se te peguen
palabras indebidas porque te encanta repetirlas, como ayer que tu abuelo
mencionó la palabra “vaina” y tu procediste a repetir: “vaina, vaina, vaina,
vaina.” Te amo hija. Gracias por hoy.
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