Wednesday, April 1, 2015

Abr. 1, 2015




Tu mamá se fue de viaje esta semana así que nos quedamos solitos los dos. Por supuesto aprovechamos para hacer muchas cosas juntos (mitad para que no te diera chance de estar triste sin mamá y mitad porque a mí me encanta a veces tenerte toda para mi). Entre el fútbol, ir al zoológico, el parque hacer tareas y jugar en casa, te mantuviste muy entretenida para no darte oportunidad de estar triste con la falta de mamá. 

 
Tu tía metió a Santi en clases de fútbol todas las semanas y un día te llevó para que probaras lo cual pareció divertirte bastante. Tengo que decirte que me emocionó mucho verte jugar porque primero, no tenía idea que ya tenías la coordinación para intentarlo y segundo, pues porque soy papá y me gustan esas cosas. Ayer sin embargo, después de practicar un ratito te fuiste a sentar solita así que fui a ver que te pasaba. Sé que estabas un poco triste porque extrañabas a mamá y al regreso de su viaje no pudo irte a ver a la práctica, pero también me dijiste: “papá, no sé si me gusta jugar fútbol.” Te dije que terminaras la práctica y que después si no querías volver la próxima semana, no tenías que regresar. Me sorprendió lo que me dijiste pues lo habías estado haciendo muy bien y siempre parecía divertirte. Te fuiste a terminar la clase con los otros niños y ya veremos la semana que viene si quieres volver o no.

El día que llegaba mamá de viaje me rogaste que te llevara a buscarla al aeropuerto. Tenía mis dudas porque ya era pasada tu hora de dormir, pero estabas tan ansiosa y feliz de que llegaba que al fin no pude decirte que no. Me dijiste que querías darle una sorpresa a mamá, así que decidimos que te ibas a esconder detrás del asiento para que ella no te viera antes de montarte en el carro. Usualmente eres pésima para dar sorpresas porque no te contienes (no te paras de reír) pero en esta ocasión, logramos sorprender a mamá completamente. Ella estaba un poco triste porque no habías ido al aeropuerto y tenía muchas ganas de verte, cuando de pronto saltaste del asiento de atrás gritando “sorpresa.” Todavía ni ella ni yo sabemos cómo hiciste para contener tu risa y hablar antes de tiempo, pero lo hiciste, e hiciste a tu madre muy feliz. Te amo hija. Gracias por hoy. 



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