Hoy cuando pasé por ti al colegio te montaste en el carro y
me dijiste: “papi, ya no me voy a chupar más el dedo. Es asqueroso.” Mi primera
reacción fue reírme, ya que en varias ocasiones te hemos hablado del tema,
aconsejándote que no te metas la mano a la boca porque puede estar sucia y te
enfermas, etc… en fin, las ganas de chuparte el dedo siempre han podido más que
tú. Pero hoy fue diferente, no te metiste el dedo a la boca ni cuando
estábamos parados en el tranque de camino a casa, ni cuando te estabas quedando
dormida, ni cuando vimos tu cómica en la tele y tampoco mientras te leía un
cuento (tus ocasiones favoritas para hacerlo). Vamos a ver cuánto te dura tu
abstención.
Esta semana hemos estado un poco resfriados los dos. El
primer día de la enfermedad, cuando llegué del trabajo, fui a darte un beso y
me pediste que no me acercara a ti porque estabas enferma y no me querías pegar
el resfriado. Entonces te dije que yo también estaba enfermo, así que no
importaba, y tus enormes ojos se iluminaron de emoción y saltaste encima de mí,
abrazándome, diciéndome qué bueno era que a mí sí me podías abrazar. Te amo
hija. Gracias por hoy.
No comments:
Post a Comment