Este fin de semana fuimos a pasar
el día en la playa y como siempre, es
obligatorio parar a comprarte una empanada de queso en el camino. Las empanadas
de “quesos Chela” te gustan tanto, que temporalmente bautizaste a tu hermano
como: Empanada de Queso de Obaldía. Pero tu parte favorita de este viaje no
fueron las empanadas sino el tobogán acuático que tenía la piscina del sitio al
cual fuimos por el día. Al principio tenías miedo de tirarte porque nunca lo
habías hecho, pero luego de la primera vez, fue casi imposible sacarte de la
piscina, y como ahora te crees una sirena (te haces llamar Chloe, la sirena,
que ayuda a los que están en problemas y tiene una cola rosada, morada y
blanca), quieres quedarte horas en el agua.
El otro día estabas ansiosa por
compartir con tu amiga del alma, Marifer, la mermelada de fresa que tú y yo
habíamos hecho. Así que cuando llegué del trabajo nos fuimos para su casa a llevarle
su botella. Por supuesto no podíamos visitar sin “jugar un ratitito,” y tio Fer
salió con Marifer de la casa para que pasaran un rato juntas. Verlas a las dos
correr y jugar en la misma calle, frente a la misma casa, en los mismos lugares
en donde jugué yo de joven con los papás de Marifer fue un sentimiento muy lindo. Te amo hija.
Gracias por hoy.
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