NOV. 27, 2013

Hoy amaneciste un poco enfermita con resfriado y se nota cuando estás enferma porque no eres la lorita parlanchina que sueles ser. Como a todo padre, no me gusta ver a mi hija pasando por ningún tipo de incomodidad, pero me sorprende como puedes ser tan valiente y paciente ante este tipo de situaciones (lo que soy yo, me desespero y me amargo al más mínimo indicio de un resfriado o cualquier otra enfermedad), sobretodo, tomando en cuenta que ayer te diste una de tus tantas caídas. Ésta resultó en que se te rompiera un poco el labio y perdieras parte de tu dientecito. Cuando tu madre te preguntó por tu diente, le dijiste: “no importa mamá, papá me lleva al dentista y él me lo arregla.”

En el fin de semana me ayudaste a lavar mi carro y me matabas de la risa con tus ocurrencias mientras trabajábamos. Te metiste en la cubeta de jabón, le tirabas agua a los vecinos, y en un momento dado, creo que quisiste probar la espuma del jabón para ver a qué sabía (rápidamente te diste cuenta que era una mala idea). Está de más decir que la puerta de pasajeros del lado izquierdo de mi carro es la parte más limpia de todas ya que ahí te concentraste limpiando por un buen rato.

Y ya que te estoy contando de cosas que hacemos juntos, resulta que esta semana fue mi cumpleaños. Ese día, aunque traté y traté de llegar a casa porque me esperabas para cantarme feliz cumpleaños, no llegué a verte. Luego esa noche seguí pensando, un poco triste, en que no te pude ver y que te quedaste esperándome y con las ganas de cantar (y comerte el cake!). Pero al día siguiente, cuando llegué del trabajo, corriste donde mí y me dijiste: “feliz cumpleaños papá, ven que te voy a cantar happy birthday.” Me estabas esperando con el cake, lista para cantarme, pensando que aún era mi cumpleaños. Así que, gracias a ti, celebré mi cumpleaños dos veces. Te amo hija. Gracias por hoy.

NOV. 20, 2013

Esta mañana se me olvidó poner la alarma y fuiste tú quien me despertó para llevarte a la escuela. Llegaste a mi cuarto, te trepaste en mi cama y me miraste con cara de “y entonces, qué?” Rápidamente nos vestí a los dos, comiste tu desayuno, y salimos para la escuela.

Una de las cosas que más me gusta de irte a recoger a la escuelita es esperarte abajo sentado en la banca de la entrada, en expectativa de cuál será tu reacción al verme. Ver que esa puerta se abre y sales corriendo emocionada de encontrar a tu papá y que me des un abrazo, no tiene precio (por supuesto que no siempre es esa tu reacción. Hay también las veces que me ignoras por completo o te has puesto brava porque no es tu abuela la que te vino a buscar). Hoy, fue uno de esos días en que te provocó darme amor. Cuando nos montamos al carro te pregunté si querías ir al parque, pero según tú, hacía mucho sol para estar afuera así que querías ir a Do It Center (tienda de ferretería y artículos para el hogar). Aun no entiendo tu obsesión con dicha tienda, pero igual, allá fuimos para complacerte.

Al estacionarnos fuera de la tienda, te dije que me dijeras si tenías que ir al baño porque no tienes pampers y además, olvidé ropita para cambiarte. Te quedaste pensando en eso un momento y me dices “pero en do it center, hay baño?” Te dije que sí, y me respondiste: “Ahh bueno, yo te aviso si tengo que hacer pipi pues.” No hicimos más que bajarnos del carro y me pediste que te tomara una foto en la entrada de la tienda (NUNCA pides que te tomen fotos. A esta niña de verdad le gusta do it center!). Nunca pensé que nos podríamos divertir tanto en una ferretería: Jugamos a las escondidas, corrimos por toda la tienda, jugamos fulbito, hiciste ejercicios, probamos la comodidad de todos los juegos de muebles de patio que tenían en display y finalmente, la cúspide de tu aventura, fue cuando descubriste que en Do it Center, regalan pop corn! Nos acercamos hasta el carrito en donde lo tienen guardado y le dijiste al señor que está al lado: “qué sopá fren, yo quiero palomitas.” Te amo hija. Gracias por hoy.

NOV. 13, 2013

“Valentina, despierta mi amor, vamos a la escuela,” te dije suavemente al oído. Abriste tus enormes ojos chocolates y para mi sorpresa, lo primero que me dices es: “papá, hazme cosquillas!” Así que con una risotada comenzó nuestra mañana de hoy. Quiero que sepas hija, que me encanta ser el que te lleva a la escuela, prepararte en las mañanas y ponerte tu ropita, pero hay algo que debo confesar y es que peinándote soy un fracaso. Las niñas deberían venir con un manual para los padres sobre técnicas de peinado, ya que siento que necesito un doctorado sólo para poderte peinar en las mañanas. Y no hablo solo de peinar el pelo para que no tenga nudos y esté en orden, es no es tan complicado, pero no logro ponerte un lazo que te dure todo el día o hacerte una colita sin sentir que te voy a arrancar el pelo a punta de jalones (ni hablar de ponerte vinchas, ya que te he dejado pareciéndote al rey león en ocasiones). Tu mamá ha tratado de enseñarme ciertas cosas pero no logro encontrar la técnica necesaria para que mi trabajo sea permanente. Así que lo siento hija, estas labores se las he encomendado a tu niñera, quién parece haberse graduado de esto porque los peinados que te hace parecen más una obra de ingeniería que otra cosa.

EJEMPLO DE LAS COLITAS Y LAZOS QUE NO SÉ PONER

   En camino a la escuela querías escuchar Reggae y no parabas de reírte, conversar y de moverte en tu silla al ritmo de la música y la pitadera de los carros en el tranque (al parecer eso te divierte). Qué gran satisfacción la de verte tan contenta de empezar tu día y de saber que al dejarte en la escuelita te quedas tan feliz. Imagino que esta energía que tenías la usaste completita durante tu día de clases porque al pasarte a buscar, aunque me hiciste un escándalo al verme, no hice más que montarte en el carro y te quedaste completamente dormida. Ya no querías parque, amigas, comida ni juegos, me pediste que fuéramos a dormir siesta… y sabes qué, tener la oportunidad de acostarme a dormir una siesta contigo, es simplemente fenomenal. Te amo hija. Gracias por hoy.

NOV. 6, 2013

   Después de 5 días libres por las fiestas patrias, pensé que iba a ser difícil sacarte de la cama para ir a la escuela de nuevo, pero que vá! Te gusta tanto ir a la escuela, que no sé qué vamos a hacer contigo cuando vengan las vacaciones largas. Hoy, justo antes de pasarte a recoger, había estado lloviendo así que no podía llevarte al parque como querías porque todos los juegos estaban mojados. Aunque protestaste, te dije que después de comer íbamos a salir a la calle cerca de casa y te iba a enseñar a montar bicicleta, lo cual te pareció un buen plan. Aprovecho para contarte que la bicicleta en cuestión te la compré hace más de un año, cuando no estabas ni cerca de tocar el piso en ella ni mucho menos entender cómo funcionaba el asunto de la autopropulsión. Desde entonces he tenido la ilusión de verte montar tu bicicleta, tu solita, pedaleando sin ayuda, y finalmente hoy llego el día! No sabes la emoción que sentí al verte hacerlo sola, es uno de esos pequeños grandes momentos que te recuerdan cual es el punto de ser padre.

   Aunque tuve que trabajar mucho en estos días, pude compartir contigo y con tu mama varias actividades que sé que te divirtieron en grande. Esta semana también aprendiste a jugar bolos! Debo confesar que no estaba del todo seguro que esto era algo que te llamaría la atención por tu edad, pero fue muy divertido verte jugar tu propia versión de los bolos, la cual consistía en ver quién podía tirar la bola más duro al piso de la bolera. Además de los bolos también estuvo Halloween y, junto con tu mejor amiga la mujer maravilla, fuiste a pedir dulces a todas las casas del barrio. El que piensa que los niños pequeños no saben desde ya lo que quieren, les recomiendo ir de trick or treat con uno. Durante casi toda la tarde aceptaste cuanta pastilla, dulce o chocolate te ofrecieron en las casas, hasta que llegamos a una en donde te ofrecieron pretzels y traté de aguantarme la risa mientras le decías a la señora: “no gracias, esas no son pastillas”. Te amo hija. Gracias por hoy.

 

OCT. 30, 2013

   Esta mañana te despertaste y corriste a mi cuarto a meterte debajo de las sábanas para esconderte y no ir a la escuela. Me decías que querías ir de nuevo a Atlapa a bailar, y es que ayer fue la función de baile organizada por tu escuelita (en Atlapa) y te gustó tanto participar, que hoy querías regresar. Nos dimos cuenta que estabas feliz de estar ahí desde antes de empezar el evento, cuando saliste corriendo de atrás de la cortina al escenario durante el discurso inicial de la directora. Causaste un estallido de risas en el teatro hasta que una maestra, vestida de Batman, vino corriendo a llevarte para atrás. 

   Tuviste una semana muy activa. Finalmente tus deseos de ir a la playa se realizaron, y de la mejor forma, acompañada por tu primito y tu BFF. Si supieras lo feliz que me hace verte correr y explorar, interesarte por todo lo que ves! Ya entiendo cuando escuchaba a los padres (yo siendo un pelaito) decir que estar alrededor de los niños te mantiene joven… tu me recuerdas todos los días que vivir es permanecer maravillado del mundo, es hacer de cada oportunidad una aventura por experimentar.

   Esta tarde cuando te recogí en la escuela, me pediste otra vez que te llevara al parque. Luego de correr, saltar, perseguirme, mecernos, subir y bajar escaleras, cruzar puentes y más corredera, tu papá quedo exhausto! Así que te dije que nos íbamos que era hora de ir a comer y descansar, a lo que tu respondiste: “siéntate ahí papá y descansa un momentito, yo te aviso cuando estoy lista.” Te amo hija. Gracias por hoy.

OCT. 23, 2013

   "Papa, quiero Rock!" Me dijiste al encender el carro esta mañana y escuchar las noticias que salían de la radio. Y así nos fuimos a la escuela escuchando The Pixies, mientras bailabas en tu silla. 

   Esta semana te tocó ir a la escuela vestida de lo que quieres ser cuando seas grande y fuiste de "veretinaria," acompañada de tu perrito tiki-tiki para enseñarle a tus amiguitos como curabas a los animales (la noche anterior estabas tan emocionada que no querías quitarte tu ropita de doctora en anticipación a lo que venía al día siguiente). 

 

   Ya cuando fue hora de recogerte hoy, corriste hacia mí gritando que querías ir al parque y procediste a anunciarle a quien estuviera cerca que papá te iba a llevar al parque. Rumbo al parque fuimos, y como queda cerca de la casa de tu comadre Marifer, la pasamos buscando para que jugaran juntas un ratito. Es algo hermoso ver una amistad crecer desde el inicio y solo deseo que tu vida esté llena siempre de buenos amigos, así como me ha tocado a mí, pero estoy convencido que así será, por ser como eres. Vivo permanentemente sorprendido de tu capacidad para mostrar afecto; a tus amigos, tu familia, tus padres. Y aun sabiendo cómo eres, me desarmas completamente cuando, mirándome fijamente a los ojos, me dices cosas como: "papa, eres mi mejor amigo." Te Amo hija. Gracias por hoy.

OCT. 16, 2013

    Hoy amaneciste enfermita con Roseola y no te querías levantar temprano, así que dormimos juntitos hasta las 9 de la mañana. Se veía en tu cara que no estabas teniendo un buen día y ni siquiera mis usuales “consentimientos” lograban alegrarte del todo. Al fin, entre sueño, episodios de Dora, medicinas, y juegos con tus muñecas, te fuiste sintiendo mejor hasta que me pediste salir un “metetito” (momentito, en tu colorido vernacular) a la calle para pasear en el coche. Confieso que puede ser la primera vez en 6 meses que te monto en un  coche. Mi bebé ya no es tan bebé.

   Al regresar de nuestro breve paseo ya era hora de siesta y así pasamos la tarde acurrucados en cama. Viéndote dormir tan plácidamente, me puse a pensar en esta semana cuando caminaste en la boda de mi primo. Te tomaste el papel muy en serio y a pesar de que al principio no querías usar la corona de flores, terminaste desfilando hasta el altar sin mucha dificultad (y con corona incluida. Ya después querías usar la corona hasta para ir al súper). Cuando terminaste de caminar y regresaste a sentarte con tu mamá y yo, decidiste que ibas a rezar, y aunque no estaba claro en esta ocasión a que iban dirigidas tus oraciones, recordé una noche en que rezando con tu mamá nos dijiste: “Dios mío, gracias por  Mamá, Papá, Io, Ia, Abi, Abu, mis juguetes, mi cuna y mis pasitas de yogurt.” Te amo hija, gracias por hoy. 

OCT. 9, 2013

   Valentina, que vas a hacer en la escuela hoy? “BAILAR!,” me respondes enfáticamente. Parece que en estos días todo lo que escuchas te hace bailar, me encanta. Es una más de las 1,723 cosas en las que te pareces a tu mamá. Como ayer te caíste en la escuela y te raspaste las dos rodillas (de nuevo), pensé que estarías un poco reacia a volver, pero creo que la idea de ir a bailar con tus amiguitos fue más fuerte que cualquier miedo que pudieras sentir sobre regresar.

   Esta semana celebramos tu cumpleaños #3, y vivo el cliché paternal de “oye, que rápido pasa el tiempo, tan solo ayer eras una bebé de brazos y ahora mírate.” Pero siento que esto de crecer te lo has tomado muy en serio, sobretodo, después de escucharte decirle a tu madre: “Mamá yo soy una adulta, déjame poner un programa de televisión que yo quiero.”

   Hoy luego de buscarte en la escuela, te prometí ir a comer un helado. Esta vez, sin tanta distracción (como en un parque), te sentaste tranquilita a comer conmigo, de vez en cuando robándome una mordida de mi sándwich para ver “a que sabe.” Casi cuando nos íbamos, te presenté a una señora que me conoce y quién elogió tus grandes ojos y especialmente tu paraguas de colores y muñequitos al que estabas aferrada como si todos en el restaurante te lo quisieran quitar. Cuando la señora te dijo “que lindo tu paraguas,” le dijiste “si,está muy lindo,” y lo acercaste para que ella lo viera, pero al acercarse ella a verlo te reíste y dijiste  “pero no lo puedes tocar” y lo escondiste bajo la mesa. Te amo hija, gracias por hoy. 

OCT. 2, 2013

   Hoy fue día de Pijama en la escuela. Aunque preguntaste por tu uniforme, fuiste contenta a pifiarle tu pijama a tus amiguitos, completo con tutú y camisa de princesas. En el camino a dejarte, discutíamos sobre el clima y me dejaste saber que no entendías por qué, ya que estaba el sol radiante afuera y sin una nube, no podíamos ir directo a la playa. Según tú, si hace sol, pues entonces hay que ir a la playa (pareces hija de tu padre).

     Luego de buscarte en la tarde, nos fuimos al parque en donde no querías comer por estar pendiente a un perrito igual al de tu abuela, pero utilizando la vieja técnica de chantaje paternal (si comes puedes jugar en los columpios!) no demoraste en comértelo todo. Mi parte favorita del día fue cuando, yéndonos del parque, nos encontramos a una amiga que tenía mil años sin ver y al presentártela le dices, “hola, me llamo Valentina y tengo caca.” Te amo hija, gracias por hoy. 

 

VALENTINA:

   Casi desde el día en que naciste me he dicho a mi mismo que quisiera recordar por siempre todas las cosas que haces, dices y me haces sentir. Después de escuchar a tu madre decir en muchas ocasiones: "tenemos que escribir estas cosas que dice, después no nos vamos a acordar," comencé a pensar en alguna forma de plasmar la esencia de lo que es nuestra experiencia de vida contigo, Valentina.
   
             Sería casi que imposible escribir todas las maravillas que nos ofreces diariamente (terminaríamos por escribir una colección entera de enciclopedias!) así que me conformaré con ofrecerte unas líneas cada semana para que seas tu misma, testigo de la felicidad, ilusión y razón de vida que nos das a papá y mamá todos los días.

        Por qué los miércoles? Porque es el día que tengo entero para ti, tu y yo nada mas ya que no trabajo durante el día (y porque, ya que no está tu madre alrededor ese día, tengo toda tu atención para mi ;). Gracias por todo lo que nos das hija. Te Amo.