NOV. 6, 2013

   Después de 5 días libres por las fiestas patrias, pensé que iba a ser difícil sacarte de la cama para ir a la escuela de nuevo, pero que vá! Te gusta tanto ir a la escuela, que no sé qué vamos a hacer contigo cuando vengan las vacaciones largas. Hoy, justo antes de pasarte a recoger, había estado lloviendo así que no podía llevarte al parque como querías porque todos los juegos estaban mojados. Aunque protestaste, te dije que después de comer íbamos a salir a la calle cerca de casa y te iba a enseñar a montar bicicleta, lo cual te pareció un buen plan. Aprovecho para contarte que la bicicleta en cuestión te la compré hace más de un año, cuando no estabas ni cerca de tocar el piso en ella ni mucho menos entender cómo funcionaba el asunto de la autopropulsión. Desde entonces he tenido la ilusión de verte montar tu bicicleta, tu solita, pedaleando sin ayuda, y finalmente hoy llego el día! No sabes la emoción que sentí al verte hacerlo sola, es uno de esos pequeños grandes momentos que te recuerdan cual es el punto de ser padre.

   Aunque tuve que trabajar mucho en estos días, pude compartir contigo y con tu mama varias actividades que sé que te divirtieron en grande. Esta semana también aprendiste a jugar bolos! Debo confesar que no estaba del todo seguro que esto era algo que te llamaría la atención por tu edad, pero fue muy divertido verte jugar tu propia versión de los bolos, la cual consistía en ver quién podía tirar la bola más duro al piso de la bolera. Además de los bolos también estuvo Halloween y, junto con tu mejor amiga la mujer maravilla, fuiste a pedir dulces a todas las casas del barrio. El que piensa que los niños pequeños no saben desde ya lo que quieren, les recomiendo ir de trick or treat con uno. Durante casi toda la tarde aceptaste cuanta pastilla, dulce o chocolate te ofrecieron en las casas, hasta que llegamos a una en donde te ofrecieron pretzels y traté de aguantarme la risa mientras le decías a la señora: “no gracias, esas no son pastillas”. Te amo hija. Gracias por hoy.