Wednesday, October 7, 2015

Oct. 7, 2015

Todos los padres nacimos preparados para aceptar la belleza, la bondad y lo maravilloso en nuestros hijos. Sin embargo nadie nos prepara ni nos enseña a internalizar aquellos defectos, comportamientos, actitudes o situaciones poco ideales causadas por ellos. Esta es la parte más difícil para mí como papá en esta etapa de tu vida. Supongo que hasta cierto punto, como padres, tendemos a ver el comportamiento de nuestros hijos como un reflejo de lo que hacemos nosotros, o de aquello que ven en casa, y, aunque este no llegara a ser el caso, es igual motivo de frustración. Debo confesarte, mi adorada Valentina, que hoy estoy un poco molesto contigo… mas bien, frustrado. Hoy dijiste una mentira que me molestó, sin embargo la razón de mi frustración es que no es la primera vez y tengo miedo que el mentir se convierta en un patrón del cual luego sea más complicado salir. Una mentirita por aquí, una mentirita por allá, luego se convierte en una gran mentirota (o varias) que te pueden afectar mucho y no quiero ver que eso pase. Mamá te ha comprado libros al respecto y te hemos hablado sobre el tema, por separado, para que sepas que ambos estamos en desacuerdo con ese comportamiento. Un día quizá mientes sobre quién derramó el jugo, o dices que no hiciste algo que ya nos han dicho que hiciste, o mientes sobre haber dicho una mentira, en fin, ahora pueden parecer pequeñeces pero siento que este es el momento de enseñarte a ser una mujer de bien, el momento en que tu carácter empieza a formar lo que será tu brújula moral en los años venideros. Mientras tanto seguiremos tratando de darte el mejor ejemplo y mostrándote que las palabras, no sólo las acciones, traen consecuencias. Decidimos castigarte hoy, quitándote privilegios de ver tele, leerte libros e ir al parque. Parece que lo tomaste bien, y pareces haber entendido y aceptado  la razón del castigo, aun así para mí (y seguro para tu mamá también) castigarte es igual de doloroso que para ti. Créeme.

Ayer te acompañé a una fiesta de cumpleaños en Chuck E. Cheese, y como fuimos los primeros en llegar tenías el parque prácticamente que solo para ti. Obviaste completamente las monedas para las maquinitas y te fuiste directamente al área de juegos, de donde sacarte es prácticamente imposible porque te me escondes entre redes, tubos y toboganes. Así jugamos a las escondidas un rato tú y yo hasta que llegó tu pequeña  banda de amigos de la escuela y me dijiste ciao por las próximas dos horas. Me encanta verte desde lejos jugar con tus amigos, ver cómo te desenvuelves con  otros niños (cuando piensas que nadie te ve) y me da mucha tranquilidad ver tu seguridad al interactuar con ellos. Una vez me dijo un señor, mientras esperábamos por un vuelo en el aeropuerto antes de que tú nacieras, “Ser padre es preocuparse el resto de tu vida.” Ahora entiendo lo que quiso decir esa persona, y también entiendo por qué también, aun siendo eso cierto, no cambiaría ser tu papá por nada en el mundo. Te amo hija. Gracias por hoy.



No comments:

Post a Comment