Thursday, May 5, 2016

Abr. 20, 2016

Desde nuestro paseo de semana santa juntos, ambos quedamos con ganas de regresar a la casa de campo para pasar unos días. Esta vez fuimos con mamá y Lorenzo, pero además invitaste a Marifer y a los tios para que conocieran “Casi Miro,” como le llamamos a la casa. Me preguntaste una vez por qué se ññamaba así y la verdad es que no tengo una respuesta concreta, mas allá de asumir que es debido a que casi casi se puede mirar el mar desde la casa por sobre los árboles del terreno de enfrente.

Al llegar nos fuimos juntos a una caminata corta para explorar senderos cerca de la casa y tú misma decidiste que querías ir caminando con un palo: “así como los que tú usas papá,” me dijiste. Con tu palo en mano, y una botella de agua, nos fuimos al monte. Era la primera vez que escuchabas el sonido de las cigarras y estabas completamente envuelta en su peculiar canción, haciéndome miles de preguntas sobre esta cosa que hace ruido y que no sabias que era. Fuimos siguiendo el canto de una ellas para ver si lográbamos encontrar un ejemplar entre los árboles y así enseñarte como era el insecto que tanta curiosidad te daba. Te conté que en Panamá también les decimos “totorrones” (supongo que como onomatopeya referente al estruendo que emiten ellos en época de apareamiento), y  a solicitud tuya, te expliqué que los insectos niños hacian ese ruido para que las niñas supieran en donde estaban desde lejos y así se podían encontrar. Intentamos buscar también fósiles de dinosaurios, pero no tuvimos suerte; me dijiste que debía ser que los dinosaurios no vivieron por ahí. Lo que mas te gustó del fin de semana fue ir al lago y tio Fer y yo las montamos en un botecito de remo para dar unas vueltas alrededor. Fue un muy buen viajecito a la naturaleza.


La noticia del momento es que se te están cayendo dos dientes! Llevas meses esperando este momento, viendo a tus compañeritos de escuela, uno tras otro, llegar sin uno o más de ellos y alardeando que el ratón les había traído dinero. Desde hace un tiempo, entonces, te has sentido como que te estás quedando atrás y ansiabas ser parte de aquel club de élite que suponen ser los niños sin diente. Ayer, finalmente, sucedió (no sé si ha sido natural o el resultado de tus constantes pruebas tocando cada diente y moviéndolo hacia adelante y hacia atrás para comprobar su estado) e iniciaste una campaña publicitaria via mensajes de voz para alertar a tus amigos y familiares que ya tenias dos dientes flojos. Estaba yo en medio de una reunión cuando recibí una llamada al celular, en donde me gritabas de emoción con la noticia. Así mismo, usaste whatsapp para enviar la noticia a tios, abuelos, primos, amigos, amigos de tus papás, etc. Por las razones que sean, esto marca un hito en tu corta vida y me encanta verte celebrarlo con tal emoción. Te amo hija. Gracias por hoy. 


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