Ya se fueron los tres para
Puerto Rico y yo me quedé atrás unos días. Tú no lo sabes aún, pero llegaré el
24, justo a tiempo para ayudarte a abrir los regalos de Santa al día siguiente.
Una noche, antes de irte,
intentamos ir a patinar en hielo, pero luego de una hora y media de espera y en
vista de que la espera seguiría en fila, decidimos irnos a comer un helado. Era
un poco tarde. Rápidamente descubrimos que todo lo que se te antojaba estaba
cerrado. Después de intentar sin suerte con tres lugares distintos, decidí
invitarte a tomar un chocolate caliente y se te iluminaron los ojos.
Mientras hablábamos de la
película "La vida secreta de las mascotas" (la habíamos visto en tele
no hace mucho), te reías de la parte que salen bailando unas salchichas y me
dijiste: "Quisiera ser una de esas salchichas para despertarme todas las
mañanas y poder comer salchichas. Te imaginas? Solo me tengo que morder los
brazos para desayunar y después me lleno toda de ketchup. Mmmmm. Delicioso
ketchup." Te amo hija. Gracias por hoy.
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