Thursday, March 30, 2017

Nov. 16, 2017

Hoy fuiste a una excursión con la escuela a Panamá la Vieja. Cuando te pasé a buscar para ir a ballet me contaste todo sobre cómo habían subido la torre y que la escalera tenía 115 escalones hasta la cima. Sé que te encanta Panamá la vieja por su historia de piratas y tesoros ya que me la has contado antes. Como tu mamá es maestra de kínder, también pudo ir al paseo con su grupo de estudiantes.
Hace unos días, en la playa, te enterraste algo en la planta del pie y aún no sabemos qué fue. Mamá consultó con el doctor sobre qué hacer y nos indicó que metiéramos tu pie en agua caliente por 15 minutos y luego aplicáramos un antibiótico. Tú estabas aterrada cuando hablamos de llamar al doctor, pero era porque pensabas que te iban a hacer una de dos cosas: 1. Inyectarte algo en el pie, o 2. Sacarte algo con pinzas. Cuando te explicamos que el tratamiento solo sería meter el pie en agua y poner medicina te alegraste tanto que ahora hasta me pides que te traiga el agua para meter el pie todas las noches.

Muy preocupada me preguntaste una mañana: "papá, tú conoces de un presidente malo que le ganó a los demás presidentes?" Al preguntarte quién te había hablado de eso, me dijiste que un niño del bus lo estaba contando y que "todo el mundo" sabía. "Me contó que se llama Trump y que tiene un edificio en Panamá. Nos va a hacer algo papá?" (Resulta además que el edificio del señor este queda cerca de nuestra casa y tú lo sabías). Como padre, siento unas enormes ganas de poder controlar en alguna medida la información que recibes y cada día el mundo se encarga de que eso sea más imposible. Hay millones de canales de información entre el Twitter, Facebook, instagram (y 20 más que no he usado nunca), aquel niño de tu salón, la tele, el radio, los podcasts... En los tiempos de mis padres solo habría que preocuparse de algún programa inadecuado en la tele o de la influencia de niños mayores, pero por lo general, todo lo demás se aprendía en casa y a su debido tiempo. Sólo me queda entonces esa esperanza de que lo que te podamos enseñar tu mamá y yo en casa, te guíe al encarar estos tiempos en que los niños están expuestos al mundo entero desde el día uno. Te amo hija. Gracias por hoy.



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