Muy tristemente me tuve que
despedir de ti y regresarme a Panamá al finalizar mis vacaciones. La noche
antes de irme me pediste que te acompañara a dormir en tu cama porque no me
ibas a ver en muchos días y así no te “olvidabas de mí”. Mi inminente partida
intensificó tu preocupación sobre cuándo llegaría también tu momento de
regresar a casa. Prácticamente desde el día en que llegaste, estás contando los
días que faltan para volver y te atormentas pensando que falta poco tiempo (aun
cuando te quedan semanas). Me recuerdas tanto a mi cuando tenía tu edad! Dice
tu abuela que yo empezaba a estresarme de que ya nos íbamos, aun cuando
acabábamos de llegar al sitio (sobre todo cuando íbamos a la playa o a la
finca).
Estás en una etapa en la
que siento que comienzas a cuestionar tu identidad y proveniencia. Te comparas
con otras niñas, prestas atención a sus
acentos y preguntas mucho sobre tu ciudad natal. En tu educación tu madre y yo
tratamos siempre de hacer énfasis en tu legado puertorriqueño (vives en Panamá,
así que tu lado panameño está siempre latente), queriendo que crezcas siendo
una completa “panarican,” no más panameña que boricua ni viceversa, para que
compartas siempre las bondades que derivan de ser parte de dos culturas. Aunque
a veces te confunde un poco el tema de si eres de un lado o del otro, preguntas
que de dónde eres y además te gusta meter tu ciudad natal en la colada
enredando aún más las cosas, no hay duda de que cuando estás en un país o en el
otro, haces una completa inmersión cultural que incluye comidas, palabras,
modismos y acentos. Lo que no deja de parecerme curioso es que siempre nos
quieres corregir cuando te decimos que eres de Puerto Rico y de Panamá, y nos
dices “yo soy de Miami.” Para ti la deducción es más fácil de esta forma:
“donde naciste tú papá?” en Panamá. “Entonces eres de “Panamá.” “mamá en donde
nació?” En Puerto Rico. “Entonces mamá es de Puerto Rico. Y, como yo nací en
Miami, soy de Miami.” Me lo has pedido tantas veces, que tendré verdaderamente
que llevarte de paseo a Miami a que conozcas aquel hospital, al lado del mar,
en el que naciste. Te amo hija. Gracias por hoy.
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